Una norma elevada, 2 de febrero
Habéis, pues, de serme santos,
porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis
míos. Levítico 20:26. MSV76 39.1
Muchos ignoran lo que deben ser
a fin de vivir a la vista del Señor durante el tiempo de angustia, cuando no
haya Sumo Sacerdote en el santuario. Los que reciban el sello del Dios vivo y
sean protegidos en el tiempo de angustia deben reflejar plenamente la imagen de
Jesús. MSV76 39.2
Vi que muchos descuidaban la
preparación tan necesaria, esperando que el tiempo del “refrigerio” y la
“lluvia tardía” los preparase para sostenerse en el día del Señor y vivir en su
presencia. ¡Oh! ¡Y a cuántos vi sin amparo en el tiempo de angustia! Habían
descuidado la necesaria preparación, y por lo tanto no podían recibir el
refrigerio que todos deben tener para poder vivir en la presencia de un Dios
Santo. Quienes... no purifiquen sus almas mediante la obediencia a toda la verdad...
llegarán al tiempo de las plagas, y entonces echarán de ver que les hubiera
sido necesario ser tallados y escuadrados para la edificación. Pero entonces no
habrá ya tiempo para ello ni tampoco Mediador que abogue por ellos ante el
Padre. Antes de ese tiempo se habrá promulgado la solemne declaración que dice:
“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo
todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo,
santifíquese todavía”. Apocalipsis 22:11. Vi que nadie podía
participar del “refrigerio” a menos que venciera todas las tentaciones y
triunfara contra el orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra
mala. Por lo tanto, debemos nosotros acercarnos más y más al Señor y buscar
anhelosamente la preparación necesaria que nos habilite para permanecer firmes
en la batalla, el día del Señor. Recuerden todos que Dios es santo y que
únicamente seres santos podrán morar alguna vez en su presencia.2Testimonios
Selectos 1:110, 111. MSV76 39.3
Hemos de velar hoy para no
ofender ni en palabras ni en hechos... Debemos buscar a Dios hoy, y estar
resueltos a no permanecer satisfechos sin su presencia. Debemos velar, obrar y
orar como si éste fuese el último día que se nos concede. ¡Qué intenso fervor
habría entonces en nuestra vida! ¡Cuán estrechamente seguiríamos a Jesús en
todas nuestras palabras y acciones!3Joyas de los Testimonios 2:60. MSV76 39.4
Comentarios
Publicar un comentario