El reino usurpado, 2 de febrero
El Altísimo gobierna el reino
de los hombres, y... a quien él quiere lo da. Daniel 4:17. MGD 41.1
Adán había sido rey de los
seres inferiores, y mientras permaneció fiel a Dios, toda la naturaleza
reconoció su gobierno, pero cuando pecó, perdió su derecho al dominio. El
espíritu de rebelión, al cual él mismo había dado entrada, se extendió a toda
la creación animal. De ese modo, no sólo la vida del hombre, sino la naturaleza
de las bestias, los árboles del bosque, el pasto del campo, hasta el aire que
respiraba, hablaban de la triste lección del conocimiento del mal.—La Educación, 23. MGD 41.2
No sólo el hombre sino también
la tierra había caído por el pecado bajo el dominio del maligno... Al ser
creado, Adán recibió el señorío de la tierra. Pero al ceder a la tentación,
cayó bajo el poder de Satanás. Y “el que es de alguno vencido, es sujeto a la
servidumbre del que lo venció”. 2 Pedro 2:19. Cuando el hombre cayó bajo el
cautiverio de Satanás, el dominio que antes ejercía pasó a manos de su
conquistador. De esa manera Satanás llegó a ser “el dios de este siglo”. 2 Corintios 4:4. Él había usurpado el dominio
que originalmente fue otorgado a Adán.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 52, 53. MGD 41.3
Cuando Satanás declaró a
Cristo: El reino y la gloria del mundo me son entregados, y a quien quiero los
doy, dijo algo que era verdad solamente en parte; y lo dijo con fines de
engaño. El dominio que ejercía Satanás era el que había arrebatado a Adán, pero
Adán era vicegerente del Creador. El suyo no era un dominio independiente. La
tierra es de Dios, y él ha confiado todas las cosas a su Hijo. Adán había de
reinar sujeto a Cristo. Cuando Adán entregó su soberanía en las manos de
Satanás, Cristo continuó siendo aún el Rey legítimo... MGD 41.4
El que se había revelado en el
cielo ofreció a Cristo los reinos de este mundo para comprar su homenaje a los
principios del mal; pero Cristo no quiso venderse... MGD 41.5
Jesús venció por la sumisión a
Dios y la fe en él, y mediante el apóstol nos dice: “Someteos pues a Dios;
resistid al diablo, y de vosotros huirá”. Santiago 4:7, 8.—El Deseado de Todas las Gentes, 103, 104. MGD 41.6
Comentarios
Publicar un comentario