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Mostrando entradas de abril 4, 2020

El testimonio empieza por casa

El testimonio empieza por casa, 4 de abril Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas como la de un palacio.  Salmos 144:12 .   MSV76 100.1 Nuestra obra por Cristo debe comenzar con la familia, en el hogar... No hay campo misionero más importante que éste. 12 Joyas de los Testimonios 3:62 .   MSV76 100.2 Dichosos los padres cuya vida es un reflejo fiel de la vida divina, de modo que las promesas y los mandamientos de Dios despierten en los hijos gratitud y reverencia; dichosos los padres cuya ternura, justicia y longanimidad interpreten fielmente para el niño el amor, la justicia y la paciencia de Dios; dichosos los padres que al enseñar a sus hijos a amarlos, a confiar en ellos y a obedecerles, les enseñan a amar a su Padre celestial, a confiar en él y a obedecerle. Los padres que hacen a sus hijos semejante dádiva los enriquecen con un tesoro más precioso que los tesoros de todas las edades, un tesoro tan duradero como la e

Buscar a Dios por sabiduría

Buscar a Dios por sabiduría, 4 de abril ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?  Job 28:20 .   SSJ 101.1 Tendrán que luchar con dificultades, llevar cargas, dar consejos, hacer planes y ejecutarlos, buscando constantemente la ayuda de Dios. Oren y trabajen, trabajen y oren; como alumnos de la escuela de Cristo, aprendan de Jesús.   SSJ 101.2 El Señor nos ha dado la promesa: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.  Santiago 1:5 . Es conforme a la orden de Dios que los que llevan responsabilidades se reúnan a menudo para consultarse mutuamente, y para orar con fervor por aquella sabiduría que sólo él puede impartir. Hablen menos; se pierde mucho tiempo precioso en conversación que no produce luz. Únanse los hermanos en ayuno y oración por la sabiduría que Dios ha prometido dar liberalmente. Den a conocer a Dios sus dificultades. Díganle como Moisés

Qué es entregarse realmente a Dios

Qué es entregarse realmente a Dios, 4 de abril Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.  Juan 17:3 .   RJ 100.1 No espere que se obre algún cambio mágico en usted, sin dar los pasos que se requieren de usted mismo. La vida debe consistir en ocuparse, con humildad, en su propia salvación con temor y temblor, pues es Dios el que obra en usted el querer y el hacer por su buena voluntad. No se detenga, corra por su vida...   RJ 100.2 Cristo quiere que avancemos juntos, que seamos uno con El así como El es uno con el Padre. Usted debe depender de Dios, ser disciplinado y prepararse para la vida más elevada. Sí, dependa de Dios; busque agradarle; sígalo, descanse obedientemente en la fuerza de su Palabra.   RJ 100.3 Obedecer cuando parece imposible es verdadera entrega a Dios. Esto reavivará su naturaleza moral y subyugará su orgullo. Aprenda a someter su voluntad a la voluntad de Dios, y estará preparado para la

Llevando el yugo de Cristo

Llevando el yugo de Cristo, 4 de abril Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.  Mateo 11:30 .   NEV 102.1 Llevar el yugo con Cristo, significa trabajar en su plan, ser un copartícipe con él en sus sufrimientos y afanes por la humanidad perdida.— Carta 71, 1895 .   NEV 102.2 Al aceptar el yugo de Cristo, que impone restricción y obediencia, encontraréis que es de la mayor ayuda para vosotros. El llevar su yugo os mantiene cerca, al lado de Cristo, y él lleva la parte más pesada de la carga.— Carta 144, 1901 .   NEV 102.3 El yugo y la cruz son símbolos que representan una misma cosa: la entrega de la voluntad a Dios. Llevar el yugo, pone al hombre finito en comunión con el amado Hijo de Dios. El levantar la cruz, suprime el yo del alma, y coloca al hombre en un lugar donde aprende a llevar las cargas de Cristo. No podemos seguir a Cristo sin llevar su yugo, sin levantar la cruz y llevarla tras él. Nuestra voluntad no está de acuerdo con los requerimientos divinos; tenemos qu

Exalta la ley de Dios

Exalta la ley de Dios, 4 de abril Toma ahora la ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.  Job 22:22 .   MGD 102.1 Todo en la naturaleza, desde la diminuta partícula que baila en un rayo de sol hasta los astros en los cielos, todo está sometido a leyes. De la obediencia a estas leyes dependen el orden y la armonía del mundo natural. Es decir que grandes principios de justicia gobiernan la vida de todos los seres inteligentes, y de la conformidad a estos principios depende el bienestar del universo. Antes que se creara la tierra, la ley de Dios existía. Los ángeles se rigen por sus principios y, para que este mundo esté en armonía con el cielo, el hombre también debe obedecer los estatutos divinos. Cristo dio a conocer al hombre en el Edén los preceptos de la ley, “cuando las estrellas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios”.  Job 38:7 . La misión de Cristo en la tierra no fue abrogar la ley, sino hacer volver a los hombres por su gracia a la obedienci

Mi guía y piloto

Mi guía y piloto, 4 de abril Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.  Salmos 32:8 .   FV 102.1 “Muchas veces la vida cristiana está rodeada de peligros, y el deber parece difícil de cumplir. La imaginación cree ver la ruina inminente si se avanza, y la servidumbre y la muerte si se vuelve atrás. Sin embargo, la voz de Dios dice claramente: Id adelante.... La fe mira más allá de las dificultades, y echa mano de lo invisible, aun de la Omnipotencia, y por lo tanto, no puede resultar frustrada. La fe es como asir la mano de Cristo en toda emergencia.”— Obreros Evangélicos, 276 .   FV 102.2 “Todo barco que navega en el mar de la vida, necesita llevar a bordo al divino Piloto; pero cuando se levantan las tormentas y arrecian las tempestades, muchas personas arrojan el Piloto al agua y confían su barco en manos de hombres finitos, o tratan de conducirlo ellos mismos. Luego sobreviene el desastre y el naufragio y culpan al Piloto por hab

Un corazón renovado

Un corazón renovado, 4 de abril Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.  Juan 13:34 .   HHD 103.1 Jesús dice: “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. El amor no es simplemente un impulso, una emoción transitoria que depende de las circunstancias; es un principio viviente, un poder permanente. El alma se alimenta de las corrientes del puro amor que fluyen del corazón de Cristo, una fuente que nunca falla. Oh, ¡cómo se vivifica el corazón, cómo se ennoblecen sus motivos, cómo se profundizan sus afectos, mediante su comunión! Bajo la educación y la disciplina del Espíritu Santo, los hijos de Dios se aman mutuamente, lealmente, sinceramente y sin afectación, “no juzgadora, no fingida”. Y esto porque el corazón está enamorado de Jesús. Nuestros afectos mutuos surgen de una común relación con Dios. Somos una familia y nos amamos los unos a los otros como él nos amó. Cuando se compara este afecto v

Jesús sembró la semilla de la palabra viviente

Jesús sembró la semilla de la palabra viviente, 4 de abril Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.  Mateo 4:4 .   EJ 102.1 El tema de la enseñanza y la predicación de Cristo era la Palabra de Dios. El hacía frente a los inquiridores con un sencillo: “Escrito está”. “¿Qué dice la Escritura?” “¿Cómo lees?” En toda oportunidad, cuando se despertaba algún interés, fuera por obra de un amigo o un enemigo, él sembraba la simiente de la palabra. Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida, siendo él mismo la Palabra viviente, señala las Escrituras, diciendo: “Ellas son las que dan testimonio de mí”...   EJ 102.2 Los siervos de Cristo han de hacer la misma obra. En nuestros tiempos, así como antaño, las verdades vitales de la Palabra de Dios son puestas a un lado para dar lugar a las teorías y especulaciones humanas. Muchos profesos ministros del Evangelio no aceptan toda la Biblia como palabra inspirada. Un hombre sabio rechaza