Jesús es
nuestro guía, 1 de febrero
Jesús le dice: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:6. NEV 40.1
Oh, si pudiéramos nosotros, que
somos peregrinos y extranjeros en este país extraño, que buscamos un país
mejor, un país celestial, comprender a Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida.
El dice: “Nadie viene al Padre sino por mí”. El camino que él ha señalado es
tan claro y evidente, que el más pecador, cargado con sus culpas, no necesita
perderlo. Ningún tembloroso buscador necesita fracasar en la búsqueda del
camino verdadero, y en caminar en la luz pura y santa, porque Jesús es el Guía
en el camino. NEV 40.2
El camino es tan estrecho, tan
santo, que no puede tolerarse en él el pecado, y sin embargo, el acceso al
camino ha sido posibilitado para todos, y ni una sola alma abatida, dudosa y
temblorosa necesita decir: “Dios no se preocupa por mí”. Toda alma es preciosa
para su vista. ... Cuando Satanás triunfaba como el príncipe de este mundo,
cuando reclamaba este mundo como su reino, cuando estábamos todos manchados y
corrompidos por el pecado, Dios mandó a su mensajero desde el cielo: a su Hijo
amado para proclamar a todos los habitantes del mundo: “He encontrado un
rescate. He preparado un camino de escape para todos los que perecen. Tengo a
vuestra disposición los documentos de vuestra emancipación, sellados por el
Señor del cielo y de la tierra”. .... NEV 40.3
No es porque haya algún defecto
en el título que ha sido comprado para vosotros, que no lo aceptáis. No es
porque la misericordia, la gracia, el amor del Padre y del Hijo, no sean
amplios, y no hayan sido derramados libremente, que vosotros no os regocijáis
en el amor perdonador. ... Si os perdéis, es porque no queréis acudir a Cristo,
para que tengáis vida. NEV 40.4
Dios espera para derramar la
bendición del perdón de los pecados, del perdón de la iniquidad, del don de la
justicia sobre todos los que quieran creer en su amor, y aceptar su salvación.
Cristo está listo para decirle al pecador arrepentido: “Mira que he hecho pasar
de ti tu iniquidad ...”. Zacarías 3:4-7. Cristo es el eslabón que
conecta a Dios con el hombre. La sangre de Jesucristo es la súplica elocuente
que habla en favor de los pecadores.—Manuscrito 32a, 1894. NEV 40.5
Comentarios
Publicar un comentario