Cristo, la revelación de Dios, 1 de
febrero
A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le ha dado a conocer. Juan 1:18. AFC
40.2
Cristo vino al
mundo para revelar el carácter del Padre y para redimir a la raza caída. El
Redentor del mundo era igual a Dios. Su autoridad era la autoridad de Dios.
Declaró que no tenía existencia aparte del Padre. La autoridad con la que habló
y obró milagros era expresamente suya, y sin embargo nos asegura que él y el
Padre son uno... AFC 40.3
Jesús
había impartido un conocimiento de Dios a los patriarcas, profetas y apóstoles.
Las revelaciones del Antiguo Testamento eran enfáticamente los despliegues del
evangelio, la revelación del propósito y voluntad del Padre infinito... Y
cuando vino al mundo, fue con el mismo mensaje de redención del pecado y
restauración del favor de Dios.—The Review and Herald, 7 de enero de 1890. AFC
40.4
Lo
que el habla es para el pensamiento, así lo es Cristo para el Padre invisible.
Es la manifestación del Padre, y es llamado el Verbo de Dios... El mundo vio a
la imagen de Dios en la pureza y la benevolencia de Cristo.—Manuscrito 77, 1899. AFC
40.5
Como
legislador,Jesús ejercía la autoridad de Dios; sus órdenes y decisiones eran
apoyadas por el Soberano del trono eterno. La gloria del Padre era revelada en
el Hijo... Estaba tan perfectamente relacionado con Dios, tan completamente
imbuido de su luz, que el que había visto al Hijo, había visto al Padre. Su voz
era como la voz de Dios... Dice: “Yo soy en el Padre y el Padre en mí”. “Y
nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y
aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. “El que me ha visto a mí, ha visto al
Padre”. Juan 14:11; Mateo 11:27; Juan 14:9.—The Review and Herald, 7 de enero de 1890. AFC
40.6
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