El valor de un alma, 18 de febrero
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un
cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17. ATO 61.1
Pretendernos ser los depositarios de la Ley de Dios, y como pueblo
profesamos [tener] mayor luz y vivir a la altura de una norma más elevada que
cualquier otro pueblo de la tierra; por lo tanto debemos mostrar mayor
perfección de carácter y una más profunda devoción, que exalte las verdades
sagradas y eternas. El más solemne mensaje ha sido confiado a los que han
recibido la luz de la verdad; y nuestra luz debiera brillar proyectándose en
rayos claros que iluminen el sendero de los que están en las tinieblas, de tal
manera que glorifiquemos diariamente a Dios en nuestras vidas. ATO 61.2
Cada miembro de iglesia tiene una responsabilidad individual como
miembro de la iglesia visible y obrero en la viña del Señor, y debiera hacer
todo lo que está a su alcance para preservar la armonía, la unidad y el amor en
la iglesia. Obsérvese la oración de Cristo: “Para que todos sean uno; como tú,
oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que
el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:21. ATO 61.3
La unidad de la iglesia es la evidencia de que Dios envió a Jesús
a esta tierra como su Redentor, que el mundo no puede resistir ni controvertir.
La unidad y armonía de ella constituyen un argumento convincente. Por eso
Satanás está tratando constantemente de obrar para impedir esta armonía y
unión, de manera que al observar los altercados, luchas y disensiones, los
incrédulos sientan aversión al cristianismo y se afirmen en la incredulidad e
infidelidad. Los que profesan la verdad y al mismo tiempo están en desacuerdo
los unos con los otros deshonran a Dios. Si nuestra convicción... [de tener]
verdades más grandes que las [que tienen] otras denominaciones no nos lleva a
una consagración más profunda, y a tener vidas más puras y santas, ¿de qué nos
aprovecha esta verdad? Hubiera sido mejor no haber visto nunca la luz de la
verdad que pretender aceptarla y no ser santificados por ella. ATO 61.4
Para poder evaluar cuánto involucra la conversión de un alma del
error a la verdad debemos apreciar el valor de la inmortalidad y sentir los
dolores de la segunda muerte. Debemos comprender los honores y la gloria que
aguardan a los rescatados y qué significa vivir en la presencia del que murió a
fin de elevar y ennoblecer al vencedor y darle una diadema real. ATO 61.5
El valor de un alma no puede ser plenamente estimado. ¡Con cuánta
gratitud recordará el que fue rescatado y glorificado a los instrumentos de su
salvación! Nadie olvidará sus abnegadas labores, sus esfuerzos perseverantes,
su paciencia, su perseverancia, y el corazón fervoroso con que gemía por las
almas que se habrían perdido para Jesucristo si hubiera descuidado su deber o
se hubiera cansado de hacer el bien.—Manuscrito 1, del 18 de febrero de 1880,
“Dificultades en la iglesia”.*
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