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Agente en la redención


Agente en la redención, 18 de febrero

Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. Romanos 5:5. FV 57.1
“Por naturaleza, el corazón es malo, y ‘¿Quién hará limpio de inmundo? Nadie.’ Job 14:4. Ningún invento humano puede hallar un remedio para el alma pecaminosa.... La fuente del corazón debe ser purificada antes que los raudales puedan ser puros. El que está tratando de alcanzar el cielo por sus propias obras observando la ley, está intentando lo imposible. No hay seguridad para el que tenga sólo una religión legal, sólo una forma de la piedad. La vida del cristiano no es una modificación o mejora de la antigua, sino una transformación de la naturaleza. Hay una muerte al yo y al pecado, y una vida enteramente nueva. Este cambio puede ser efectuado únicamente por la obra eficaz del Espíritu Santo.”—El Deseado de Todas las Gentes, 142. FV 57.2
“El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu es hecho puro el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia.”—Ibid. 608. FV 57.3
“Así como el viento es invisible y sin embargo se ve y se sienten claramente sus efectos, así obra el Espíritu de Dios en el corazón humano. El poder regenerador que ningún ojo humano puede ver, engendra una vida nueva en el alma; crea un nuevo ser conforme a la imagen de Dios.”—El Camino a Cristo, 41. FV 57.4
“El que mira a Cristo con la fe sencilla del niño, llega a ser participante de la naturaleza divina por medio de la obra del Espíritu Santo.”—The Review and Herald, 29 de noviembre de 1892. FV 57.5

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