Perseverancia,
21 de marzo
Entonces levantarás tu rostro
limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás. Job 11:15. HHD 89.1
Está bien que la juventud
considere que debe alcanzar el más alto desarrollo de sus facultades
intelectuales. No queremos poner límites a la educación que Dios ha hecho
ilimitada. Pero de nada nos sirve lo que logramos si no lo empleamos para honra
de Dios y beneficio de la humanidad... HHD 89.2
Necesitamos conocimientos que
robustezcan la mente y el alma, y nos hagan mejores hombres y mujeres. La
educación del corazón es mucho más importante que lo aprendido de los libros.
Es bueno, hasta esencial, poseer cierto conocimiento del mundo en que vivimos;
pero si no tenemos en cuenta la eternidad, experimentaremos un fracaso del cual
jamás nos repondremos... Si la juventud se diera cuenta de su propia debilidad,
encontraría su fuerza en Dios.—El Ministerio de Curación, 355, 356. HHD 89.3
Hay una ciencia del
cristianismo que debe ser conocida a fondo, y que es tanto más profunda, amplia
y alta que cualquier ciencia humana cuanto son más altos los cielos que la
tierra. La mente debe ser disciplinada, educada y formada, pues hemos de servir
a Dios de un modo que no congenia con nuestras inclinaciones naturales. Hemos
de vencer las tendencias al mal, que hemos heredado y cultivado. Muchas veces
hay que prescindir por completo de la educación y la preparación de toda una
vida para aprender en la escuela de Cristo. Nuestro corazón debe recibir
educación para llegar a ser firme en Dios. Debemos contraer hábitos de pensar
que nos capaciten para resistir a la tentación.—El Ministerio de Curación, 359. HHD 89.4
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