Jesús es el
principe de paz, 21 de marzo
Todas las cosas que queráis que
los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Mateo 7:12. EJ 88.1
Dondequiera que se emplee el
poder del intelecto, de la autoridad o de la fuerza, y no se manifieste la
presencia del amor, los afectos y la voluntad de aquellos a quienes procuramos
alcanzar asumen una actitud defensiva y rebelde, y se refuerza su resistencia.
Jesús fue el Príncipe de paz. Vino al mundo para poner en sujeción a sí mismo
la resistencia y la autoridad. Podía disponer de sabiduría y fuerza, pero los
medios que empleó para vencer el mal, fueron la sabiduría y el poder del amor... EJ 88.2
“Todas las cosas que quisierais
que los hombres hiciesen con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. Mateo 7:12. Como fruto de una conducta tal se
verán resultados bienaventurados. “Con la misma medida que midiereis, os será
vuelto a medir”. Lucas 6:38. Estos son los poderosos motivos
que deben constreñirnos a amarnos unos a otros con corazón puro y con fervor.
Cristo es nuestro ejemplo. El anduvo haciendo bienes. Vivió para beneficiar a
otros. El amor embelleció y ennobleció todas sus acciones. No se nos ordena que
nos hagamos a nosotros mismoslo que desearíamos que otros hiciesen con nosotros; debemos hacer
a otroslo
que quisiéramos que ellos nos hiciesen en iguales circunstancias. Siempre se
nos vuelve a aplicar la medida con que medimos... El amor puro es sencillo en
sus manifestaciones, y distinto de cualquier otro principio de acción.—Joyas de los Testimonios 1:208-209. EJ 88.3
En Jesús usted puede amar con
fervor, con sinceridad. Este amor puede aumentar su profundidad y expandirse
hasta el infinito... El amor a Dios asegurará el amor al prójimo, y usted se
dedicará a los deberes de la vida con interés profundo y abnegado. Los
principios puros constituirán el fundamento de sus acciones. La paz interior
conducirá aun sus pensamientos hacia corrientes más saludables... EJ 88.4
La paz mental, que es el
resultado de las acciones y los motivos puros y santos, le dará un tono de
vigor y libertad a todos los órganos del cuerpo. La paz interior y una
conciencia desprovista de ofensas a Dios, vivificará y vigorizará el intelecto,
como el rocío que se derrama sobre las tiernas plantas... Las meditaciones son
placenteras porque están santificadas. La serenidad mental que usted puede
poseer será una bendición para todos los que se relacionan con usted. Esta paz
y esta calma llegarán a ser naturales con el tiempo, y reflejarán sus preciosos
rayos sobre todos los que la rodean, para volver de nuevo a reflejarse sobre
usted. EJ 88.5
Mientras más guste de esta paz
celestial y de esta serenidad de la mente, más aumentarán. Es un placer animado
y viviente que no sume todas las energías morales en un estupor, sino que las
despierta para llevar a cabo una actividad mayor. La paz perfecta es un
atributo del Cielo que los ángeles poseen.—Testimonies for the
Church 2:292-294. EJ 88.6
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