Una perfecta expiación, 8 de marzo
Y no
solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro
Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. Romanos 5:11. AFC
73.4
Nuestro
gran Sumo Sacerdote completó la ofrenda de sacrificio de sí mismo cuando sufrió
fuera de la puerta. Entonces efectuó una perfecta expiación por los pecados del
pueblo. Jesús es nuestro Abogado, nuestro Sumo Sacerdote, nuestro Intercesor.
Por lo tanto, nuestra posición actual es como la de los israelitas, que
estaban en el atrio externo, esperando esa bendita esperanza, el glorioso
aparecimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo... AFC
73.5
Cuando
el sumo sacerdote entraba en el lugar santo, que representa el lugar donde
nuestro Sumo Sacerdote está ahora intercediendo, y ofrecía sacrificios en el
altar, afuera no se ofrecían sacrificios propiciatorios. Mientras el sumo
sacerdote estaba intercediendo adentro, cada corazón había de inclinarse
contrito delante de Dios, rogando el perdón de las transgresiones. A la muerte
de Cristo, el símbolo se encontró con la realidad, el Cordero muerto por los
pecados del mundo. El gran Sumo Sacerdote ha efectuado el único sacrificio que
será de valor alguno... AFC 74.1
En
su intercesión como nuestro Abogado, Cristo no necesita de la virtud del
hombre, de la intercesión del hombre. Cristo es el único que lleva los pecados,
la única ofrenda por el pecado. La oración y la confesión han de ser ofrecidas
únicamente a Aquel que ha entrado una sola vez para siempre en el lugar santo.
Cristo ha declarado: “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el
Padre, a Jesucristo el justo”. 1 Juan 2:1... AFC 74.2
Cristo
representó a su Padre ante el mundo, y delante de Dios representa a los
escogidos, en quienes ha restaurado la imagen moral de Dios. Son su heredad...
Los hombres tienen únicamente un Abogado e Intercesor que puede perdonar las
transgresiones.—Manuscrito 128, 1897. AFC
74.3
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