Lo que hace
el amor, 8 de marzo
Alabaré a Jehová en mi vida;
cantaré salmos a mi Dios mientras viva. Salmos 146:2. CDCD 74.1
Por medio siglo he sido
mensajera del Señor, y mientras viva continuaré comunicando el mensaje que Dios
me da para su pueblo. No me adjudico gloria alguna. En mi juventud el Señor me
hizo su mensajera, para transmitir a su pueblo testimonios de estímulo, amonestación
y reprensión. Por sesenta años he estado en comunicación con mensajeros
celestiales, y he estado aprendiendo constantemente con respecto a las cosas
divinas y al modo como Dios obra continuamente para atraer a las almas del
error de sus caminos a la luz de Dios. CDCD 74.2
Amo a Dios. Amo a Jesucristo,
el Hijo de Dios, y siento un profundo interés por cada ser humano que se
presenta como un hijo de Dios. Estoy decidida a ser una fiel mayordoma mientras
Dios me dé vida. No fallaré ni me desanimaré. CDCD 74.3
Pero por meses mi alma ha
pasado por intensa agonía debido a los que han aceptado los sofismas de Satanás
[las enseñanzas panteístas; véase Testimonies for the Church 8:255-304], y las
están comunicando a otras personas, haciendo toda clase de interpretaciones a
fin de destruir la confianza en el mensaje evangélico para esta última
generación, y en la obra especial que Dios me ha confiado. Sé que el Señor me
ha dado esta obra, y no tengo por qué pedir disculpas por lo que he hecho. En
mi experiencia constantemente estoy recibiendo evidencias del milagroso poder
sustentador de Dios que se manifiesta sobre mi cuerpo y mi alma, que he
dedicado al Señor. No me pertenezco, he sido comprada por precio, y tengo tanta
seguridad de que el Señor obra en mi favor, que no puedo hacer otra cosa sino
confesar la abundancia de su gracia. Amo al Señor; amo a mi Salvador, y mi vida
está totalmente en las manos de Dios. Mientras me sostenga, daré un decidido
testimonio. CDCD 74.4
¿Por qué tendría que quejarme?
En muchas ocasiones el Señor me ha levantado de la enfermedad, me ha sostenido
tan maravillosamente que nunca podría dudar. Tengo tantas evidencias
inequívocas de sus bendiciones especiales, que no podría dudar jamás. Me da
facilidad de palabra para presentar su verdad ante un gran número de personas.—Carta 86, del 8 de marzo de 1906, dirigida al
pastor G. I. Butler, presidente de la Unión del Sur. CDCD 74.5
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