Cada hora es valiosa, 8 de marzo
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu
sueño?... Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio. Proverbios 6:9, 6. SSJ 74.1
Dios no tiene lugar para los perezosos en su causa; él quiere
obreros reflexivos, bondadosos, afectuosos y fervientes. El ejercicio activo
hará bien a nuestros predicadores. La indolencia es prueba de depravación. Cada
facultad de la mente, cada hueso del cuerpo, cada músculo de los miembros
demuestra que Dios destinó nuestras facultades para ser ejercitadas, no para
permanecer inactivas. Los que innecesariamente toman las horas del día para
dormir, no tienen sentido del valor de los momentos preciosos y áureos... SSJ 74.2
Las personas que no hayan adquirido hábitos de estricta
laboriosidad y economía de tiempo, deben tener reglas fijas que las impulsen a
la regularidad y prontitud. Jorge Washington, el estadista de la nación
[Estados Unidos], pudo hacer mucho trabajo porque se esmeraba en conservar el
orden y la regularidad. Cada papel tenía su fecha y su lugar, y no se perdía
tiempo en buscar lo traspapelado. SSJ 74.3
Los hombres y las mujeres de Dios deben ser diligentes en el
estudio, fervientes en la adquisición de conocimiento, sin perder nunca una
hora. Por medio de ejercicios perseverantes pueden elevarse a casi cualquier
grado de eminencia como cristianos, como gente de poder e influencia. Pero
muchos no alcanzarán nunca a descollar, en el púlpito o los negocios, por causa
de su falta de fijeza en sus propósitos y la indolencia de los hábitos que
contrajeron en su juventud. Se ve una descuidada falta de atención de cuanto
emprenden. SSJ 74.4
Un impulso repentino de vez en cuando no es suficiente para lograr
una reforma en estos indolentes amantes de la comodidad; es una obra que
requiere paciente perseverancia en el bien hacer. Las personas de negocios
pueden ser verdaderamente exitosas únicamente teniendo horas regulares para
levantarse, para la oración, para las comidas y para acostarse. Si el orden y
la regularidad son esenciales en el mundo de los negocios, ¡cuánto más lo son
en la obra de Dios! SSJ 74.5
Muchos desperdician en la cama las alegres horas de la mañana. Una
vez perdidas, esas preciosas horas se fueron para siempre; se pierden para esta
vida y para la eternidad. ¡Qué despilfarro de tiempo causa en un año la pérdida
de una sola hora por día! Piense en ello el dormilón, y considere cómo dará
cuenta a Dios de las oportunidades perdidas.—Obreros Evangélicos, 294, 295.
Comentarios
Publicar un comentario