Fuente de
vida y poder, 8 de marzo
Y a todo lo creado que está en
el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las
cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los
siglos. Apocalipsis 5:13. MGD 75.1
Dios desea que sus hijos
obedientes se apropien de su bendición y se presenten delante de él con
alabanza y agradecimiento. Dios es la fuente de la vida y el poder... Él ha
hecho para su pueblo escogido lo que debiera inspirar agradecimiento a todo
corazón, y le agravia que se le tribute tan poca alabanza. Desea que su pueblo
se exprese con más energía y demuestre saber que tiene motivos para estar
gozoso y alegre. MGD 75.2
El trato de Dios con su pueblo
debe mencionarse con frecuencia. ¡Cuán a menudo levantó el Señor, en su trato
con el antiguo Israel, los hitos del camino! A fin de que no olvidasen la
historia pasada, ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos en
cantos, a fin de que los padres pudiesen enseñárselos a sus hijos... El Señor
ha obrado como un Dios realizador de prodigios en favor de su pueblo en esta
generación. Es necesario recordar con frecuencia a los hermanos jóvenes y
ancianos la historia pasada de la causa de Dios. Necesitamos relatar a menudo
la bondad de Dios y alabarle por sus obras admirables... MGD 75.3
La iglesia de Dios en la tierra
es una con la iglesia de Dios en el cielo. Los creyentes de la tierra y los seres
del cielo que nunca han caído constituyen una sola iglesia. Todo ser celestial
está interesado en las asambleas de los santos que en la tierra se congregan
para adorar a Dios. En el atrio interior del cielo escuchan el testimonio que
dan los testigos de Cristo en el atrio exterior de la tierra, y las alabanzas
de los adoradores de este mundo hallan su complemento en la antífona celestial,
y el loor y el regocijo repercuten por todos los atrios celestiales porque
Cristo no murió en vano por los caídos hijos de Adán. Mientras que los ángeles
beben en el manantial principal, los santos de la tierra beben los raudales
puros que fluyen del trono y alegran la ciudad de nuestro Dios.—Joyas de los Testimonios 3:30-32. MGD 75.4
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