Tiempo para
estudiar el Apocalipsis, 1 de marzo
Bienaventurado el que lee, y
los que oyen las palabras de esta profecía, y que guardan las cosas en ella
escritas, porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3. SSJ 67.1
Al acercarnos al fin de la
historia de este mundo, las profecías que se relacionan con los últimos días
requieren en forma especial nuestro estudio. El último libro del Nuevo
Testamento está lleno de verdades que necesitamos entender. Satanás ha cegado la
mente de muchos, de manera que se han regocijado de encontrar alguna excusa
para no estudiar el Apocalipsis. SSJ 67.2
Debería haber un estudio más
profundo y diligente de este libro [el Apocalipsis], una presentación más
fervorosa de las verdades que contiene, verdades que le interesan a todos los
que están viviendo en estos últimos días. Todos los que se están preparando
para encontrar a su Señor deberían hacer de este libro el tema de estudio y
oración fervientes. Es exactamente lo que significa su nombre: una revelación
de los acontecimientos más importantes que van a suceder en los últimos días de
la historia de esta tierra. Juan, por causa de su fiel confianza en la palabra
de Dios y en el testimonio de Jesucristo, fue desterrado a la isla de Patmos, pero
este destierro no lo separó de Cristo. El Señor visitó a su fiel siervo en su
destierro, y le dio instrucciones concernientes a lo que iba a venir sobre el
mundo. SSJ 67.3
Esta instrucción es de la mayor
importancia para nosotros, porque estamos viviendo en los últimos días de la
historia de este mundo. Pronto entraremos en el cumplimiento de los
acontecimientos que Cristo le mostró a Juan que iban a suceder. Al presentar
estas solemnes verdades, los mensajeros del Señor deben darse cuenta de que
están manejando temas de interés eterno, y deben buscar el bautismo del
Espíritu Santo, para que puedan hablar, no sus propias palabras, sino las
palabras que les da Dios... SSJ 67.4
Los peligros de los últimos
días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente
acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que
la profecía ha revelado. Somos los mensajeros de Dios y no tenemos tiempo que
perder. Los que son colaboradores con nuestro Señor Jesucristo mostrarán un
profundo interés en las verdades que se encuentran en este libro. Con la pluma
y con la voz se esforzarán para aclarar y explicar las cosas maravillosas que
Cristo vino a revelar del cielo.—The Signs of the
Times, 4 de julio de 1906. SSJ 67.5
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