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La rebelión


La rebelión, 1 de marzo

Mas vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar su rostro de vosotros para no oír. Isaías 59:2. FV 68.1
“El mal se insinuó con Lucifer, el cual se rebeló contra el gobierno de Dios. Antes de su caída, era el querubín cubridor, notable por su excelencia. Dios lo hizo bueno y hermoso y muy semejante a la Deidad misma.”—The S.D.A. Bible Commentary 4:1163. FV 68.2
“Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que ninguna suspensión arbitraria de la gracia de Dios, ni ningún error en el gobierno divino hayan dado lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. Si se pudiera encontrar alguna excusa en su favor o señalar la causa de su existencia, dejaría de ser pecado.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 546, 547. FV 68.3
“Poco a poco Lucifer llegó a albergar el deseo de ensalzarse.... Aunque toda su gloria procedía de Dios, este poderoso ángel llegó a considerarla como perteneciente a sí mismo. Descontento con el puesto que ocupaba, a pesar de ser el ángel que recibía más honores entre las huestes celestiales, se aventuró a codiciar el homenaje que sólo debe darse al Creador. En vez de procurar el ensalzamiento de Dios como supremo en el afecto y la lealtad de todos los seres creados, trató de obtener para sí mismo el servicio y la lealtad de ellos.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 13, 14. FV 68.4

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