La única
seguridad, 1 de marzo
Tú hablarás a los hijos de
Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo[sábados];
porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis
que yo soy Jehová que os santifico. Éxodo 31:13. CDCD 67.1
Cada cual busque al Señor por
sí mismo. La eternidad está delante de nosotros. No puede permitirse dejar
pasar un día más sin ponerse del lado del Señor. ¿No hará la parte que Dios le
ha asignado para los momentos finales de la historia de esta tierra? CDCD 67.2
Es imposible dar una idea de la
experiencia del pueblo de Dios que estará vivo en la tierra cuando se unan las
angustias del pasado con la gloria celestial. Caminarán en medio de la luz que
procede del trono de Dios. Por medio de los ángeles habrá comunicación
constante entre el cielo y la tierra. Y Satanás, rodeado de ángeles malos,
pretenderá ser Dios, obrará toda clase de milagros para engañar si fuera
posible aun a los escogidos. El pueblo de Dios no encontrará seguridad en los
milagros, porque Satanás puede falsificar cualquier milagro que se logre hacer.
El probado pueblo de Dios encontrará su seguridad y su poder en la señal
mencionada en. Éxodo 31:12-18. Deben ponerse de parte de la
Palabra de vida, es a saber, de un “Escrito está”. Es el único fundamento sobre
el cual puede estar seguro. Los que hayan violado su pacto con el Señor se
encontrarán en aquel día sin esperanza y sin Dios en el mundo. CDCD 67.3
Los adoradores de Dios se
distinguirán especialmente por su observancia del cuarto mandamiento, puesto
que ésta es la señal de su poder creador y el testimonio de su derecho a
recibir la reverencia y el homenaje de los hombres. Los malvados se
distinguirán por sus esfuerzos para derribar este monumento del Creador, para
exaltar el día instituido por Roma. Cuando el conflicto culmine, la cristiandad
estará dividida en dos grandes clases: los que guardan los mandamientos de Dios
y tienen la fe de Jesús, y los que adoran a la bestia y a su imagen, y reciben
su marca... CDCD 67.4
El pueblo de Dios tendrá que
enfrentar tremendas pruebas. El espíritu de la guerra está conmoviendo las
naciones de un extremo al otro de la tierra. Pero en el medio del tiempo de
angustia que está por venir, un tiempo de angustia que no tendrá paralelo desde
que existe nación, el pueblo de Dios permanecerá inconmovible. Satanás y sus
ángeles no lo podrán destruir, porque ángeles sumamente fuertes los protegerán.—Carta 119, del 1 de marzo de 1904, dirigida a
J. J. Wessells. CDCD 67.5
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