“¿Quién es
Jehová?”, 23 de marzo
No os engañéis; Dios no puede
ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare eso también segará. Gálatas 6:7. CV 88.1
Faraón sembró obstinación, y
cosechó obstinación. El mismo puso esa semilla en el suelo. De parte de Dios no
había más necesidad de interferir con algún nuevo poder en su crecimiento de la
necesidad que hay de que interfiera en el crecimiento de un grano de maíz. Todo
lo que se requiere es dejar que la semilla germine y crezca dando fruto según
su especie. La cosecha revela la clase de semilla que se ha sembrado.—The S.D.A. Bible Commentary 1:1100. CV 88.2
Faraón vio al Espíritu de Dios
obrando poderosamente; vio los milagros realizados por el Señor mediante su
siervo; pero rehusó obedecer la orden de Dios. El rey rebelde había preguntado
orgullosamente: “¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel?”
... Éxodo 5:2. Y a medida que los juicios de Dios
caían con más poder sobre él, más persistía en su necia resistencia. Al
rechazar la luz del cielo, su corazón se endureció y se hizo insensible. La
providencia de Dios estaba revelando su poder, y estas manifestaciones, al no
ser aceptadas, eran el medio de endurecer el corazón de Faraón hacia una luz
mayor. Los que exaltan sus propias ideas por sobre la voluntad claramente especificada
de Dios, están diciendo como lo hizo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo
oiga su voz?” Cada rechazo de la luz endurece el corazón y oscurece el
entendimiento y de esta manera los hombres encuentran más y más difícil
distinguir entre lo correcto y lo incorrecto y se vuelven más audaces en
resistir la voluntad de Dios.—Ibid. CV 88.3
El que cedió una vez a la
tentación cederá con más facilidad la segunda vez. Toda repetición del pecado
aminora la fuerza para resistir, ciega los ojos y ahoga la convicción. Toda
simiente de complacencia propia que se siembre dará fruto. Dios no obra
milagros para impedir la cosecha... El que manifiesta una temeridad incrédula e
indiferencia hacia la verdad divina, no cosecha sino lo que sembró. Es así como
las multitudes escuchan con obstinada indiferencia las verdades que una vez
conmovieron sus almas. Sembraron descuido y resistencia a la verdad, y eso es
lo que recogen. Historia de los Patriarcas y Profetas, 274.* CV 88.4
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