Bienvenida
al hogar celestial, 23 de marzo
Abrid las puertas, y entrará la
gente justa, guardadora de verdades. Isaías 26:2. DNC 91.1
La vida en la tierra es el
comienzo de la vida en el cielo. DNC 91.2
Somos hijos del Rey celestial,
miembros de la familia real, herederos de Dios y coherederos con Cristo. Las
mansiones que Jesús ha ido a preparar recibirán únicamente a los que son veraces
y puros, a los que aman y obedecen su Palabra... Si hemos de disfrutar de la
eterna bienaventuranza, debemos cultivar la religión en el hogar... Deben
cultivarse persistentemente cada día la paz, la armonía, el afecto y la
felicidad hasta que estas preciosas virtudes se arraiguen en los corazones de
los miembros de la familia. DNC 91.3
Aquello que hará el carácter
agradable en el hogar, es lo que lo hará agradable en las mansiones celestiales. DNC 91.4
Si manifestamos aquí el
carácter de Cristo, guardando todos los mandamientos de Dios, seremos alegrados
y bendecidos con destellos del placentero hogar que tendremos en las mansiones
que Jesús ha ido a preparar. DNC 91.5
Que todo lo que es bello en
nuestro hogar terrenal nos recuerde a nuestro hogar celestial: el río de
cristal y los campos verdes, los árboles ondulantes y las fuentes vivas, la
ciudad brillante y el coro de vestiduras blancas, a ese mundo de belleza que
ningún artista puede pintar, ni lengua humana describir. DNC 91.6
Allí hallarán aplicación más
dulce y verdadera el amor y las simpatías que Dios ha implantado en el alma. La
comunión pura con seres celestiales, la armoniosa vida social con los ángeles
bienaventurados y los fieles de todas las épocas, el sagrado compañerismo que
une “toda la familia en los cielos y en la tierra”, se cuentan entre los
incidentes del más allá... Con delicia inexpresable entraremos en el gozo y la
sabiduría de los seres no caídos. DNC 91.7
Es el privilegio de los padres
llevar a sus hijos con ellos a las puertas de la ciudad de Dios y decir: “He
tratado de enseñar a mis hijos a amar al Señor, hacer su voluntad y
glorificarlo”. Delante de los tales la puerta se abrirá y padres e hijos
entrarán.* DNC 91.8
Comentarios
Publicar un comentario