Hasta
alcanzar la perfección, 23 de marzo
Sed, pues, vosotros perfectos,
como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:48. EJ 90.1
Dios quiere que el
perfeccionamiento constituya la obra de la vida de todos sus seguidores y que
esté guiada y controlada por una experiencia correcta. El verdadero hombre es
aquel que está dispuesto a sacrificar sus propios intereses por el bien de los demás
y se ejercita a sí mismo en vendar a los quebrantados de corazón. El verdadero
propósito de la vida ha comenzado escasamente a ser comprendido por el hombre... EJ 90.2
De acuerdo con la norma divina,
el intelecto solo no hace al hombre. El intelecto tiene poder si está
santificado y controlado por el Espíritu de Dios. Se trata de algo superior a
las riquezas y a la fuerza física, sin embargo debe de ser cultivado si ha de
formar al hombre... EJ 90.3
La vida espiritual es lo que
constituirá una bendición para la humanidad. Si el hombre está en armonía con
Dios, dependerá continuamente de él para sus fuerzas. “Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. La obra de
nuestra vida debe ser un esfuerzo continuo por alcanzar la perfección del
carácter cristiano, esforzándonos siempre por conformarnos a la voluntad de
Dios. Los esfuerzos comenzados en la tierra continuarán durante toda la
eternidad. La norma divina para el hombre se eleva al significado más completo
del término, y si se comporta de acuerdo con la calidad humana que Dios le ha
dado promoverá una felicidad tal en esta vida que lo conducirá a la gloria y a
la recompensa eterna de la vida venidera. EJ 90.4
Los miembros de la familia
humana merecen el nombre de hombres y mujeres únicamente cuando emplean sus
talentos de cualquier forma posible para el bien de los demás. Delante de
nosotros tenemos la vida de Cristo para que nos sirva de modelo, y los seres
humanos se hallan íntimamente ligados con Dios sólo cuando ministran a las
necesidades de los demás como ángeles de misericordia. La naturaleza del
cristianismo consiste en promover la felicidad de las familias y de la
sociedad. La discordia, el egoísmo y la rivalidad serán erradicados de cada
hombre y mujer que posea el verdadero espíritu de Cristo. EJ 90.5
Los que participan del amor de
Cristo no tienen derecho a pensar que haya un límite para su influencia y la
obra de esforzarse por beneficiar a la humanidad. ¿Se cansó Cristo en sus
esfuerzos por salvar al ser humano caído? Nuestra obra consiste en ser
constantes y perseverantes. Encontraremos trabajo que realizar hasta el día
cuando el Maestro nos ordene colocar nuestra armadura a sus pies. Dios es un
gobernador moral, y debemos esperar, sumisos a su voluntad, listos y dispuestos
a cumplir con nuestro deber dondequiera que se necesite hacer algún trabajo.—Testimonies for the Church 4:519-521. EJ 90.6
Nuestro Salvador, como el Hijo
de Dios, llevó al cielo la verdadera relación de un ser humano. Somos hijos e
hijas de Dios. Para saber cómo comportarnos debidamente, debemos seguir las
pisadas de Cristo. El vivió la vida de un hombre perfecto durante treinta años,
cumpliendo con la más excelsa norma de perfección.—Comentario Bíblico Adventista 5:1061. EJ 90.7
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