Edificando para la eternidad, 19 de marzo
Cualquiera, pues, que me oye
estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su
casa sobre la peña; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y
combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. Mateo 7:24, 25. NEV 86.1
La formación de un carácter es
la obra de toda la vida, y es para la eternidad. Si todos comprendieran esto,
si despertaran al pensamiento de que individualmente estamos decidiendo nuestro
destino para la vida eterna, o nuestra ruina eterna, ¡qué cambio ocurriría!
¡Cuán diferentemente ocupado sería este tiempo de prueba, y cuán diferentes
caracteres llenarían nuestro mundo! NEV 86.2
En la edificación del carácter
es de la mayor importancia la necesidad de cavar hondo, quitando toda escoria,
y edificando en lo inconmovible, en la Roca sólida, Cristo Jesús. Para poner un
firme fundamento necesitamos sabiduría, para saber cómo edificar. ... En su ley
Dios nos ha dado una norma, y es de acuerdo a este modelo como debemos
edificar. La ley es la gran norma de justicia. Representa el carácter de Dios,
y es la prueba de nuestra lealtad a su gobierno. NEV 86.3
La entereza es necesaria para
obtener éxito en la edificación del carácter. Debe haber un ferviente deseo de
llevar a cabo los planes del Maestro-constructor. Las maderas que se utilicen
deben ser sólidas; no puede hacerse un trabajo descuidado e indigno de
confianza, porque arruinaría la edificación. NEV 86.4
En esta obra debe ponerse al
trabajo todo el ser. Exige fortaleza y energía; ninguna reserva debe
malgastarse en asuntos sin importancia. Debe ponerse al trabajo la decidida
fuerza humana, en colaboración con el Obrero divino. Debe realizarse un
esfuerzo ferviente y perseverante por romper con las costumbres y las máximas y
asociaciones de este mundo. El pensamiento profundo, el propósito ferviente, y
la firme integridad son esenciales. No debe haber ociosidad. La vida es un
depósito sagrado, y cada momento debiera ser aprovechado sabiamente. ... NEV 86.5
Recordad que estáis edificando
para la eternidad. Aseguraos de que vuestros cimientos sean seguros; luego
edificad firmemente, con esfuerzo persistente, pero con bondad, mansedumbre y
amor. Así vuestra casa permanecerá inconmovible, no sólo cuando las tormentas
de la tentación lleguen, sino cuando las abrumadoras olas de la ira de Dios
barran el mundo.—The Youth’s Instructor, 19 de febrero de 1903. NEV 86.6
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