Decisiones y actos, 19 de marzo
Quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 1 Pedro 2:24. CDCD 85.1
Gracias a que Cristo sufrió el
castigo en su propio cuerpo sobre la cruz, el hombre dispone de una segunda
oportunidad. Si quiere, puede volver a ser leal. Pero si no quiere obedecer los
mandamientos de Dios, si rechaza las amonestaciones y los mensajes del Señor,
para aceptar más bien las palabras seductoras pronunciadas por los que se hacen
eco del engañador, su ignorancia es voluntaria, y la condenación de Dios está
sobre él. Elige la desobediencia porque la obediencia significa llevar la cruz
y practicar la abnegación, y seguir a Cristo en la senda de la obediencia. CDCD 85.2
La mente natural se inclina
hacia el placer y la complacencia propia, y es el plan de Satanás proveer estas
cosas en abundancia para que la exitación domine a los hombres y no les dé
tiempo para considerar esta pregunta: “¿En qué condición está mi alma?” El amor
a los placeres es contagioso... CDCD 85.3
La capacidad de gozar de las
riquezas de la gloria aumentará con el deseo que tengamos de poseerlas. ¿Cómo podremos
aumentar nuestro aprecio por Dios y las cosas celestiales a menos que sea en
esta vida? Si permitimos que las exigencias y los cuidados de este mundo
absorban todo nuestro tiempo y toda nuestra atención, nuestras facultades
espirituales se debilitarán y morirán por falta de ejercicio. En una mente
totalmente entregada a las cosas terrenales, está cerrado todo intersticio por
medio del cual se podría filtrar la luz del cielo. En ese caso no se puede
sentir el efecto de la gracia transformadora de Dios sobre la mente y el
carácter. Se ignoran y se descuidan los talentos que se podrían usar. ¿Cómo se
puede responder, entonces, cuando se oye esta invitación: “Venid, que ya todo
está preparado”? Lucas 14:17. ¿Cómo es posible que un hombre
reciba esta alabanza: “Bien, buen siervo y fiel” cuando ha sido desobediente,
desagradecido e impío? Ha educado su mente para descartar los claros
requerimientos de Dios y para sentir disgusto por lo religioso. Ama las cosas
de la tierra más que las celestiales. CDCD 85.4
La obediencia a los
mandamientos de Dios dará como resultado que nuestros nombres sean inscriptos
en el Libro de la Vida del Cordero. “Porque somos hechos participantes de
Cristo”. Hebreos 3:14.—Manuscrito 28, del 19 de marzo de 1899, “No
penséis que he venido para abrogar la ley”. CDCD 85.5
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