Una de las peores características satánicas, 9
de abril
Cruel es la ira, e impetuoso el
furor; mas ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia? Proverbios 27:4. CV 105.1
Moisés soportó sus acusaciones
[de María y Aarón] en silencio paciente y sin queja. Fue la experiencia que
adquiriera durante los muchos años de trabajo y espera en Madián, el espíritu
de humildad y longanimidad que cultivara allí, lo que preparó a Moisés para
arrostrar con paciencia la incredulidad y la murmuración del pueblo, y el
orgullo y la envidia de los que hubieran debido ser sus asistentes firmes y
resueltos. “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que
había sobre la tierra”, y por este motivo Dios le otorgó más de su sabiduría y
dirección que a todos los demás. Dice la Escritura: “Encaminará a los humildes
por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera”. Salmos 25:9. Los mansos son dirigidos por el
Señor, porque son dóciles y dispuestos a recibir instrucción... CV 105.2
“Entonces Jehová descendió en
la columna de la nube, y púsose a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y
a María”... Entonces el furor de Jehová se encendió en ellos; y fuese. La nube
desapareció del tabernáculo como señal del desagrado de Dios, y María fue
castigada. Quedó “leprosa como la nieve”... Entonces, humillado hasta el polvo
el orgullo de ambos, Aarón confesó el pecado que habían cometido e imploró al
Señor que no dejara perecer a su hermana por aquel azote repugnante y fatal. En
respuesta a las oraciones de Moisés, se limpió la lepra de María. Sin embargo,
ella fue excluida del campo durante siete días... CV 105.3
Esta manifestación del
desagrado del Señor tenía por objeto advertir a todo Israel que pusiera coto al
creciente espíritu de descontento y de insubordinación. Si el descontento y la
envidia de María no hubiesen recibido una señalada reprensión, habrían
resultado en grandes males. La envidia es una de las peores características
satánicas que puedan existir en el corazón humano, y es una de las más funestas
en sus consecuencias. Dice el sabio: “Cruel es la ira, e impetuoso el furor;
mas, ¿quién parará delante de la envidia?”. Proverbios 27:4. Fue la envidia la que causó
la primera discordia en el cielo, y el albergarla ha obrado males indecibles
entre los hombres. “Porque donde hay envidia y contención, allí hay
perturbación y toda obra perversa”. Santiago 3:16; Historia de los Patriarcas y Profetas, 403-405.* CV 105.4
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