Mejorar las oportunidades para servir, 6 de
marzo
Cuando no sabéis lo que será
mañana. Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por
un poco de tiempo, y luego se desvanece. Santiago 4:14. SSJ 72.1
No hay religión en la
entronización del yo. Dios nos pide que seamos fieles a él, que negociemos con
los talentos que nos ha dado para que podamos ganar otros talentos. Su voluntad
debe ser hecha nuestra voluntad en todas las cosas. Cualquier desvío de esta
norma degrada nuestra naturaleza moral. Puede dar por resultado nuestro ensalzamiento,
nuestro enriquecimiento y el que nos sentemos al lado de príncipes; pero a los
ojos de Dios somos impuros y viles. Hemos vendido nuestra primogenitura por el
interés y la ganancia egoístas, y en los libros del cielo está escrito de
nosotros: Pesados en las balanzas del Santuario, y hallados faltos. SSJ 72.2
Pero si consideramos nuestros
talentos como los dones del Señor y los usamos en su servicio, mostrando
compasión y amor hacia nuestros semejantes, somos canales a través de los
cuales las bendiciones de Dios fluyen al mundo; y en el gran día final se nos
dará la bienvenida con las palabras: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:21. SSJ 72.3
El tiempo que está cargado con
oportunidades preciosas y doradas para servir al Señor, está pasando
rápidamente a la eternidad... ¿Está aprovechando esas oportunidades mientras
pasan? No puede permitirse el lujo de despreciarlas, porque usted debe estar
ante el tribunal de Dios para dar respuesta de las obras hechas en el cuerpo.
¿Alegran y animan sus palabras a los que van a usted en busca de ayuda y
consuelo? ¿Fortalece su influencia a aquellos con los cuales se relaciona?
¿Entrega sus posesiones fielmente al Señor? SSJ 72.4
Conságrese hoy al servicio del
Señor... Eche su ansiedad sobre el Señor y de ninguna manera permita que las
cosas del mundo lo separen de él. Conságrele todo lo que tiene y es. Esto es
sólo “su culto racional”. No se demore, porque hay peligro en un momento de
demora. Unos pocos años más como máximo serán suyos para trabajar para el
Maestro, y después escuchará la voz que no puede rehusar contestar, que le
dice: “Da cuenta de tu mayordomía”.—The Signs of the
Times, 21 de enero de 1897. SSJ 72.5
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