Jesús, nuestro ejemplo, 6 de marzo
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21. EJ 73.1
En el acto de someterse a la ordenanza del bautismo Cristo le
muestra al pecador uno de los pasos importantes de la conversión verdadera.
Cristo no tenía ningún pecado que lavar, pero al aceptar la responsabilidad de
transformarse en el sustituto del hombre, los pecados de los seres humanos
culpables le fueron imputados... Al aceptar a Cristo como el sustituto de los
pecadores, Dios le concede una oportunidad al pecador—con la ayuda del poder
divino de Cristo—para soportar la prueba que Adán no pudo aguantar. EJ 73.2
Cristo acudió a Juan, arrepintiéndose en lugar del pecador,
creyendo en favor del pecador, para que mediante el plan que había ideado, de
tomar la humanidad sobre sí, y de sufrir y morir por el ser humano, el pecador
fuera aceptado por Dios mediante el arrepentimiento, la fe y el bautismo. Fue
sepultado en la tumba líquida por Juan y se levantó del agua para representar
ante el hombre, mediante su vida santa, el verdadero modelo que éste debía
copiar. EJ 73.3
Los pasos de la conversión se indican claramente: arrepentimiento,
fe en Cristo como el Redentor del mundo, fe en su muerte, sepultura y
resurrección, ilustradas mediante su bautismo y ascensión a lo alto para
interceder por el pecador. Al comienzo mismo de su ministerio público, se
presenta como la persona que continuará siendo para el hombre durante toda su
tarea de Mediador. Se identifica con los pecadores como el sustituto de ellos,
cargando sobre sí los pecados de ellos, contándose con los transgresores, y
realizando la obra que se le exige hacer al pecador en lo que respecta al
arrepentimiento, la fe y la obediencia voluntaria. ¡Qué ejemplo extraordinario
se encuentra aquí en la vida de Cristo para que los pecadores lo imiten! Si no
deciden seguir el ejemplo que se les ha dado, quedarán sin excusa. EJ 73.4
Queridos niños y jóvenes, nuestro Padre celestial y el amado
Salvador son sus mejores amigos. Ustedes poseen todas las evidencias necesarias
para saber que ellos los aman. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino
que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas?” Romanos 8:32. EJ 73.5
Dios no nos privará de ninguna cosa que realmente sea para nuestro
bien. Jesús quiere que seamos felices en este mundo y que gocemos con él de las
glorias del mundo venidero. Dios ha dado a los niños y jóvenes la invitación de
entregarse a él. “Dame, hijo mío; tu corazón”. Se da la siguiente promesa: “Me
hallan los que temprano me buscan”. Proverbios 8:17.—The Youth’s Instructor, febrero de 1874. EJ 73.6
Todos los que viven tienen pecados que lavar... El verdadero
arrepentimiento por el pecado, la fe en los méritos de Jesucristo, y el
bautismo en su muerte, para ser levantados del agua y vivir una vida nueva, son
los primeros pasos en el nuevo nacimiento que Cristo le dijo a Nicodemo que
debía experimentar para ser salvo. Las palabras que Cristo le dirigió a
Nicodemo no fueron únicamente para él, sino para todo hombre, mujer y niño que
habría de vivir en el mundo... Al seguir el ejemplo de Cristo estamos seguros.—Ibíd.
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