San Pablo enfatiza la santificación bíblica, 25
de marzo
Porque ya sabéis qué
instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación. 1 Tesalonicenses 4:2, 3. RJ 90.1
En su carta a la iglesia de
Efeso, Pablo les presenta el “misterio del evangelio” (Efesios 6:19), “las inescrutables riquezas de
Cristo” (cap. 3:8), y entonces les asegura que elevará
sus fervientes oraciones por su prosperidad espiritual: RJ 90.2
“Doblo mis rodillas ante el
Padre de nuestro Señor Jesucristo... que os dé, conforme a las riquezas de su
gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu;
para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con
todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios”. Efesios 3:14, 16-19. RJ 90.3
También escribe a sus hermanos
corintios, “santificados en Cristo Jesús... Gracia y paz a vosotros, de Dios
nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Gracias doy a mi Dios siempre por
vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas
las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así
como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal
manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo”. 1 Corintios 1:2-7. RJ 90.4
Estas palabras son dirigidas no
solamente a la iglesia de Corinto, sino a todos los hijos de Dios hasta el fin
del tiempo. Todo cristiano debe gozar la bendición de la santificación. RJ 90.5
El apóstol continúa con estas
palabras: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino
que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”. cap. 1:10. Pablo no les habría pedido que
hicieran algo que fuera imposible. La unidad es el resultado seguro de la
perfección cristiana... RJ 90.6
El propio apóstol estaba tratando
de alcanzar la misma norma de santidad que les presentó a sus hermanos... Pablo
no vaciló en destacar, en toda oportunidad apropiada, la importancia de la
santificación bíblica. El dice: “Pues la voluntad de Dios es vuestra
santificación”. 1 Tesalonicenses 4:3. “Por tanto, amados míos,
como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho
más ahora en mi ausencia... Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que
seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una
generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares
en el mundo”. Filipenses 2:12-15.—La edificación del carácter, 86. RJ 90.7
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