Aceptémoslo como nuestro amigo íntimo, 25 de
marzo
Ya no os llamaré siervos...;
pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he
dado a conocer. Juan 15:15. EJ 92.1
Actualmente prevalece la
iniquidad. Los peligros de los últimos días se vuelven densos alrededor de
nosotros, y debido a que la iniquidad abunda, el amor de muchos se ha
resfriado. Esto no necesita ser así si todos acuden a Jesús, y confían en él
con fe sencilla. Su mansedumbre y humildad atesoradas en el corazón, producirán
paz y reposo y le impartirán fuerza moral a cada alma. EJ 92.2
Frecuentemente se alude a la brevedad
del tiempo como un incentivo para buscar justicia y hacer de Cristo nuestro
Amigo. Para nosotros éste no debería ser el gran motivo, porque tiene sabor a
egoísmo. ¿Será necesario que los terrores del día de Dios se tengan que colocar
delante de nuestra vista para que nos decidamos a hacer el bien movidos por el
temor? Esto no debería ser así. Jesús es atractivo. Está lleno de amor, de
misericordia y compasión. El se ha propuesto ser nuestro Amigo, y caminar con
nosotros a través de todos los senderos difíciles de la vida. El nos asegura:
Yo soy el Señor vuestro Dios; caminad conmigo, y llenaré vuestra senda de luz.
Jesús, la majestad del cielo, se propone exaltar a un compañerismo consigo a
todos los que acudan a él con sus cargas, sus debilidades y sus preocupaciones.
Los considerará hijos suyos, y finalmente les dará una herencia más valiosa que
los imperios de los monarcas, y una corona de gloria más rica que la que jamás
ha adornado la frente del más exaltado de los reyes terrenales. EJ 92.3
Tenemos el deber de amar a
Jesús como nuestro Redentor. El tiene el derecho de exigir nuestro amor, pero
en lugar de hacerlo nos invita a que le demos nuestro corazón. Nos llama para
que caminemos con él por el sendero de la obediencia humilde y verdadera. La invitación
que nos hace es un llamamiento a una vida de pureza, santidad y felicidad—una
vida de paz y reposo, de libertad y amor—y a la participación de una rica
herencia futura: la vida eterna. ¿Qué elegiremos, la libertad en Cristo o la
esclavitud y la tiranía al servicio de Satanás?... Si elegimos vivir con Cristo
durante las edades interminables de la eternidad, ¿por qué no escogerlo ahora
como nuestro Amigo más amado y de mayor confianza, y nuestro Consejero mejor y
más sabio? EJ 92.4
Nosotros tenemos el privilegio
de caminar diariamente con Jesús, en una relación reposada, íntima y feliz. No
necesitamos alarmarnos si el sendero cruza por conflictos y sufrimientos.
Podemos gozar de la paz que sobrepasa todo entendimiento; pero nos costará
batallas contra los poderes de las tinieblas, y luchas severas contra el
egoísmo y el pecado innato. Las victorias que ganemos diariamente mediante
esfuerzos perseverantes e incansables en el bien hacer serán preciosas en
Cristo que nos ha amado, “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos
de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas
obras”. Tito 2:14... EJ 92.5
El hijo del Altísimo sufrió la
vergüenza de la cruz, para que los pecadores no tuvieran que sufrir vergüenza y
desprecio eternos, sino que fueran rescatados y coronados de gloria eterna.—The Signs of the
Times, 17 de marzo de 1887. EJ 92.6
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