Las almas justificadas andan en la luz, 5 de
marzo
A quien [Cristo Jesús] Dios
puso como propiciación por medio de la fe en su sangre... con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos 3:25, 26. RJ 70.1
“Siendo justificados
gratuitamente por su gracia—dice el apóstol—mediante la redención que es en
Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su
sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su
paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su
justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe
de Jesús”. RJ 70.2
Aquí está la verdad presentada
con toda claridad. Esta misericordia y bondad son totalmente inmerecidas. La
gracia de Cristo ha de justificar gratuitamente al pecador sin mérito ni
pretensión de parte de él. La justificación es el perdón total y completo del
pecado. En el momento en que el pecador acepta a Cristo por la fe, es
perdonado. La justicia de Cristo le es imputada, y ya no ha de dudar de la
gracia perdonadora de Dios. RJ 70.3
No hay nada en la fe que la
erija en nuestra salvadora. La fe no puede eliminar nuestra culpa. Cristo es el
poder de Dios para salvación a todos los que creen. La justificación nos
alcanza por los méritos de Jesucristo. El pagó el precio de la redención del
pecador. Pero sólo mediante la fe en su sangre puede Jesús justificar al
creyente. RJ 70.4
El pecador no puede depender de
sus propias buenas obras como medio de justificación. Debe llegar a la
situación de renunciar a todos sus pecados y abrazar una luz tras otra, a
medida que brillen sobre su sendero. Simplemente acepta por fe la gratuita y
amplia provisión hecha por la sangre de Cristo. Cree las promesas de Dios, que
por medio de Cristo son hechas para él santificación y justificación y
redención. RJ 70.5
Y si sigue a Jesús, caminará
humildemente en la luz, gozándose en ella, y difundiéndola a otros. Estando
justificado por fe, lleva consigo la alegría al obedecer en toda su vida. La
paz con Dios es el resultado de lo que Cristo es para él. Las almas que se
someten a Dios, que le honran y que son hacedoras de su Palabra, recibirán
iluminación divina. En la preciosa Palabra de Dios hay una pureza, una
elevación y una belleza tales que, a menos que sean auxiliados por Dios, los
poderes más exaltados del hombre no pueden alcanzar... RJ 70.6
Ninguno de nosotros tiene
excusa por soltarse de Dios bajo cualquier forma de prueba. Aunque la compasión
del hombre pueda desaparecer, Dios nos sigue amando y compadeciéndose de
nosotros, y nos extiende su mano auxiliadora. Los brazos eternos de Dios rodean
al alma que busca su ayuda... Dios anhela ver que sus hijos le pidan aquellas
cosas que ellos no pueden hacer por sí mismos, y confíen en que El lo hará.—The Signs of the
Times, 19 de mayo de 1898. RJ 70.7
Comentarios
Publicar un comentario