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La fe obra por el amor


La fe obra por el amor, 5 de marzo

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Gálatas 5:6. HHD 73.1
Cuando presentáis vuestras peticiones al Señor, debéis hacerlo humildemente, sin vanagloriaros de dotes superiores, sino con verdadera hambre del alma por las bendiciones de Dios. Cristo siempre sabe lo que atesora el corazón. Debemos venir con fe en que el Señor oye y responde nuestras oraciones; porque “todo lo que no es de fe, es pecado”. La fe genuina es la que obra por el amor, y purifica el alma. Una fe viviente será una fe que obre. Si fuéramos al jardín y encontráramos que no hay savia en las plantas, ni frescura en las hojas, ni brotes ni pimpollos de flores, ni ninguna señal de vida en los troncos y las ramas, diríamos: “Las plantas están muertas. Desarraigadlas del jardín, porque son fealdad para el suelo”. Lo mismo ocurre con los que profesan el cristianismo y no tienen espiritualidad. Si no hay señales de vigor religioso, si no se ponen en práctica los mandamientos del Señor, es evidente que Cristo, la Vid viviente, no mora allí.—The Youth’s Instructor, 13 de septiembre de 1894. HHD 73.2
La fe y el amor son los elementos esenciales y poderosos que obran en el carácter cristiano. Los que los poseen son uno con Cristo, y están cumpliendo su misión. Debemos sentarnos a los pies de Cristo como alumnos constantes y obrar con sus dones de fe y amor.—The Youth’s Instructor, 2 de agosto de 1894. HHD 73.3

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