Yugos, 11 de febrero
¿No es más bien el ayuno que yo
escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y
dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? Isaías 58:6. ATO 54.1
Hay mucha profesión externa en
nuestro mundo y abunda la autojustificación, pero las evidencias de la obra
profunda de la gracia en los corazones no son tan evidentes. Delante de
nosotros hay un tema muy serio y solemne. Ha llegado el tiempo cuando toda persona
debiera comprender que tiene un alma que salvar o perder, un cielo que ganar y
un infierno que evitar. Necesitamos comprender qué es lo que debemos hacer a
fin de ser salvos... ATO 54.2
En la experiencia del pueblo de
Dios ha habido yugos... que Dios nunca ordenó que existiesen, yugos que han
echado a perder grandemente la experiencia y han ofendido al Señor Dios de
Israel. El hecho de que un hombre desempeñe responsabilidades en la iglesia no
le da libertad para gobernar la mente y el juicio de otros por quienes el Señor
está trabajando. El Señor desea que cada alma que está a su servicio comprenda
qué clase de obra es la que se requiere de ella... ATO 54.3
Dios ha dado la instrucción de
quebrar todo yugo. Somos uno; uno en Cristo Jesús. No es la posición la que
hace al hombre. La posición no otorga libertad para ejercer poder
arbitrariamente sobre otros. Es consejo lo que se necesita; debe manifestarse
rectitud de conducta acompañada de mansedumbre y humildad de pensamiento, y un
espíritu dispuesto a buscar al Señor hasta que se lo encuentre. ATO 54.4
“Entonces invocarás, y te oirá
Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo,
el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y
saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será
como el mediodía”. Isaías 58:9, 10. Alabemos a Dios porque
podemos hacer nuestra esta promesa si cumplimos con las condiciones. Cuando no
sepamos qué camino escoger, si seguimos sus directivas, vendrá luz directamente
de Dios a nosotros... ATO 54.5
Sometámonos al Señor Dios de
Israel. Usted puede tener su forma peculiar de ser, yo puedo tener la mía, y
algunos otros la de ellos; pero bajo la dirección de Dios esa forma será
aceptable. Si no estamos bajo el control de Dios, si no nos conduce la
inspiración de su Espíritu, nuestra manera de ser no será aceptable. Lo que
necesitamos es permanecer en una relación correcta con el gran YO SOY. Cuando
estamos en una correcta relación con El podemos realizar lo que Cristo nos
comisionó.—Manuscrito 9, copiado el 11 de febrero de 1909,
“Dos clases de servicio”.* ATO 54.6
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