¿Bajo cuál bandera? 11 de febrero
Ninguno puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Mateo 6:24. ELC 50.1
Cada individuo en nuestro mundo
deberá alistarse bajo una de dos banderas—los escogidos y fieles bajo la
bandera manchada de sangre del Príncipe Emanuel, y todos los demás bajo la
bandera de Satanás... ELC 50.2
No puede haber componendas con
los poderes de las tinieblas. Debemos fijar individualmente nuestra posición.
Si no tenemos enemistad con el príncipe de las tinieblas, la serpiente, nos
envolverá con todas nuestras facultades y su aguijón estará en nuestros
corazones. Todos los que se alistan bajo la bandera ensangrentada del Príncipe
de la vida, de allí en adelante considerarán a Satanás como un enemigo, y con
la fortaleza de Dios se opondrán a él como a un adversario mortal. Tomarán el
yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. ¿Y
qué harán para mantenerse en una posición ventajosa? “Orando en todo tiempo con
toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
...” Efesios 6:18. ELC 50.3
Deberíamos estar alerta para
advertir el peligro. Deberíamos ver el carácter odioso del pecado y expulsarlo
del alma. Los hacedores de la Palabra saben que en Jesús hay poder, que llega a
ser de ellos por la fe. Están vestidos de la justicia que Dios aceptará, porque
es la justicia de Cristo. Cubiertos de la armadura de Dios, la panoplia del
cielo, resisten con éxito los engaños de la serpiente. Ningún alma tiene un
momento que perder... Los negocios de la eternidad son de suficiente
importancia para merecer la prioridad sobre cualquier otra empresa. “¿Qué debo
hacer para ser salvo?”, debería ser nuestra grande y solemne pregunta.—Carta 30a, 1892. ELC 50.4
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