Rige sobre todas las naciones, 11 de febrero
Y conozcan que tu nombre es
Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la tierra. Salmos 83:18. MGD 50.1
En los anales de la historia
humana, el crecimiento de las naciones, el levantamiento y la caída de los
imperios, parecen depender de la voluntad y proezas del hombre. Los sucesos
parecen ser determinados, en gran parte, por su poder, ambición o capricho. Pero
en la Palabra de Dios se descorre el velo, y contemplamos detrás, encima, y
entre la trama y urdimbre de los intereses, las pasiones y el poder de los
hombres, los agentes del Ser misericordioso, que ejecutan silenciosa y
pacientemente los consejos de la voluntad de Dios... MGD 50.2
Se ha permitido a toda nación
que ha subido al escenario de acción, ocupar su lugar en la tierra a fin de ver
si cumpliría el propósito del “Vigilante y Santo”. Daniel 4:17... Aunque las naciones rechazaron
los principios de Dios y provocaron con este rechazamiento su propia ruina,
quedó manifiesto que el propósito divino predominaba y obraba en todos sus
movimientos... MGD 50.3
Una maravillosa representación
simbólica dada al profeta Ezequiel durante su destierro en la tierra de los
caldeos, enseña esta lección [capítulos 1 al 10]... Cuatro seres vivientes
hacían mover numerosas ruedas entrecruzadas... Las ruedas eran de un arreglo
tan complicado que a primera vista parecían estar en confusión; pero se movían
en perfecta armonía. Las ruedas eran empujadas por seres celestiales,
sostenidos y guiados por la mano que había debajo de los querubines; sobre
ellos, en el trono de zafiro, estaba el Eterno, y alrededor del trono, un arco
iris, emblema de la misericordia divina. MGD 50.4
Así como la complicada
semejanza de ruedas estaba bajo la dirección de la mano que había debajo de las
alas de los querubines, el complicado desarrollo de los sucesos humanos está
bajo el gobierno divino. En medio de la lucha y el tumulto de las naciones,
Aquel que se sienta por encima de los querubines, dirige aún los asuntos
terrenales... MGD 50.5
Dios ha asignado un lugar en su
gran plan a toda nación y todo individuo de hoy día... Todos deciden su destino
por propia elección, y Dios dirige todo para la ejecución de sus propósitos.—La Educación, 169, 172-174. MGD 50.6
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