Cuenta regresiva para Sodoma, 14 de febrero
Y se acercó Abrahán y dijo: ¿Destruirás
también al justo con el impío? ... Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al
justo con el impío... El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es
justo? Génesis 18:23, 25. CV 51.1
Abrahán había honrado a Dios, y el Señor le honró, haciéndole
partícipe de sus consejos, y revelándole sus propósitos. “¿Encubriré yo a
Abrahán lo que voy a hacer?” dijo el Señor... Y el hombre de fe intercedió en favor
de los habitantes de Sodoma. Una vez los había salvado mediante su espada,
ahora trató de salvarlos por medio de la oración... CV
51.2
Con profunda reverencia y humildad rogó... Siendo él mismo
pecador, intercedió en favor de los pecadores. Semejante espíritu deben tener
todos los que se acercan a Dios. Abrahán manifestó la confianza de un niño que
suplica a un padre a quien ama. Se aproximó al mensajero celestial, y
fervientemente le hizo su petición. A pesar de que Lot habitaba en Sodoma, no
participaba de la impiedad de sus habitantes. Abrahán pensó que en aquella
populosa ciudad debía haber otros adoradores del verdadero Dios... Abrahán no
imploró sólo una vez, sino muchas. Atreviéndose a más a medida que se le
concedía lo pedido, persistió hasta que obtuvo la seguridad de que aunque
hubiese allí sólo diez personas justas, la ciudad sería perdonada. CV
51.3
El amor hacia las almas a punto de perecer inspiraba la oración de
Abrahán. Aunque detestaba los pecados de aquella ciudad corrompida, deseaba que
los pecadores pudieran salvarse. Su profundo interés por Sodoma demuestra la
ansiedad que debemos experimentar por los impíos. Debemos sentir odio hacia el
pecado, y compasión y amor hacia el pecador. Por todas partes, en derredor
nuestro, hay almas que van hacia una ruina tan desesperada y terrible como la
que sobrecogió a Sodoma. Cada día termina el tiempo de gracia para algunos.
Cada hora, algunos pasan más allá del alcance de la misericordia. ¿Y dónde
están las voces de amonestación y súplica que induzcan a los pecadores a huir
de esta pavorosa condenación? ¿Dónde están las manos extendidas para sacar a
los pecadores de la muerte? ¿Dónde están los que con humildad y perseverante fe
ruegan a Dios por ellos? Historia de los Patriarcas y Profetas, 133-135.* CV
51.4
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