Mi guía y piloto, 4 de abril
Te haré entender, y te enseñaré
el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Salmos 32:8. FV 102.1
“Muchas veces la vida cristiana
está rodeada de peligros, y el deber parece difícil de cumplir. La imaginación
cree ver la ruina inminente si se avanza, y la servidumbre y la muerte si se
vuelve atrás. Sin embargo, la voz de Dios dice claramente: Id adelante.... La
fe mira más allá de las dificultades, y echa mano de lo invisible, aun de la
Omnipotencia, y por lo tanto, no puede resultar frustrada. La fe es como asir
la mano de Cristo en toda emergencia.”—Obreros Evangélicos, 276. FV 102.2
“Todo barco que navega en el
mar de la vida, necesita llevar a bordo al divino Piloto; pero cuando se
levantan las tormentas y arrecian las tempestades, muchas personas arrojan el
Piloto al agua y confían su barco en manos de hombres finitos, o tratan de conducirlo
ellos mismos. Luego sobreviene el desastre y el naufragio y culpan al Piloto
por haber caído en las peligrosas aguas. No os confiéis a la dirección de los
hombres.... Obrad bajo el divino Guía. Habéis sido elegidos por Cristo. Habéis
sido redimidos con la preciosa sangre del Cordero. Clamad al Señor pidiendo la
eficacia de aquella sangre. Decidle: ‘Soy tuyo por la creación; soy tuyo por la
redención. Respeto la autoridad humana y el consejo de mis hermanos, pero no
puedo depender enteramente de ellos. Te necesito a ti, oh Dios, enséñame. He
hecho contigo el convenio de adoptar la norma divina de carácter y hacer de ti
mi consejero y guía, un socio en todos los planes de mi vida; por lo tanto,
enséñame.’ Haced de la gloria del Señor vuestro primer interés.”—Fundamentals of Christian Education, 348, 349. FV 102.3
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