Mansedumbre, 16 de marzo
Encaminará a los humildes por
el juicio, y enseñará a los mansos su carrera. Salmos 25:9. HHD 84.1
Tendréis que aprender la
importante lección de lo que significa ser un hombre a la vista de Dios.
Implica ser semejante a Jesús, manso y humilde de corazón, y guardar los
intereses del prójimo más sagradamente que los propios... Esto debiera llevarse
a cabo en la vida y la conducta diaria, manifestando que no habéis sido remisos
ni alumnos negligentes en la escuela de Cristo.—Carta 16, 1886. HHD 84.2
No puede existir el egoísmo en un
corazón en el cual mora Cristo; si se lo atesora [el egoísmo], desplazará todo
lo demás. Os inducirá a seguir la inclinación en lugar del deber, a hacer del
yo el tema de los pensamientos, y a complaceros a vosotros mismos en lugar de
tratar de ser una bendición para los demás. Vuestras necesidades, vuestros
placeres vendrán antes que nada. La verdadera felicidad se encontrará, no en la
complacencia propia, sino al aprender de Cristo... Los que confían en su propia
sabiduría y siguen sus propios caminos, irán quejándose a cada paso, porque la
carga que les impone el egoísmo les resultará muy pesada... HHD 84.3
Jesús ama a los jóvenes y
anhela que posean la paz que él solo puede impartir. Los insta a aprender de su
mansedumbre y humildad de corazón. Esta gracia preciosa se ve raramente en los
jóvenes de la actualidad aun en aquellos que profesan ser cristianos. Sus
propios caminos les parecen rectos. Al aceptar el nombre de Cristo no aceptan
su carácter... por lo tanto no saben nada del gozo que se encuentra en
servirle.—The Youth’s Instructor, 21 de noviembre de 1883. HHD 84.4
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