El fracaso de Abrahán es una advertencia para
nosotros, 16 de marzo
“Entonces Abraham se levantó
muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre
su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió.” Génesis 21:14. CT 84.1
Abrahán había aceptado sin
hacer pregunta alguna la promesa de un hijo, pero no esperó a que Dios
cumpliese su palabra en su oportunidad y a su manera. Fue permitida una
tardanza, para probar su fe en el poder de Dios, pero fracasó en la prueba.
Pensando que era imposible que se le diera un hijo en su vejez, Sara sugirió
como plan mediante el cual se cumpliría el propósito divino, que una de sus
siervas fuera tomada por Abrahán como esposa secundaria. La poligamia se había
difundido tanto que había dejado de considerarse pecado; violaba, sin embargo,
la ley de Dios y destruía la santidad y la paz de las relaciones familiares. El
casamiento de Abrahán con Agar fue un mal, no sólo para su propia casa, sino
también para las generaciones futuras... CT 84.2
Aunque él se había casado con
Agar a instancias de Sara... [ahora] Sara deseaba desterrar a su rival; pero
Abrahán se negó a permitirlo; pues Agar iba a ser madre de su hijo, que él
esperaba tiernamente sería el hijo de la promesa... “Y como Saraí la afligiese,
huyóse de su presencia”. CT 84.3
Se fue al desierto, y mientras,
solitaria y sin amigos, descansaba al lado de una fuente, un ángel del Señor se
le apareció en forma humana... Le mandó: “Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa
bajo su mano”... Y como recordatorio perpetuo de su misericordia, se le mandó
que llamara a su hijo Ismael, o sea: “Dios oirá”. CT 84.4
Cuando Abrahán tenía casi cien
años, se le repitió la promesa de un hijo, y se le aseguró que el futuro
heredero sería hijo de Sara. Pero Abrahán todavía no comprendió la promesa... CT 84.5
El nacimiento de Isaac, al
traer, después de una espera de toda la vida, el cumplimiento de las más caras
esperanzas de Abrahán y de Sara, llenó de felicidad su campamento. Pero para
Agar representó el fin de sus más caras ambiciones. Ismael, ahora adolescente,
había sido considerado por todo el campamento como el heredero de las riquezas
de Abrahán, así como de las bendiciones prometidas a sus descendientes. Ahora
era repentinamente puesto a un lado: y en su desengaño, madre e hijo odiaron al
hijo de Sara. CT 84.6
La alegría general aumentó sus
celos, hasta que Ismael osó burlarse abiertamente del heredero de la promesa de
Dios. Sara vio en la inclinación turbulenta de Ismael una fuente perpetua de
discordia, y le pidió a Abrahán que alejara del campamento a Ismael y a Agar... CT 84.7
La instrucción impartida a
Abrahán tocante a la santidad de la relación matrimonial, había de ser una
lección para todas las edades.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 141-143. CT 84.8
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