Se necesita algo más que creer, 23 de febrero
“Tú crees que Dios es uno; bien
haces. También los demonios creen, y tiemblan”. Santiago 2:19. CT 62.1
Debemos comprender algo que ha
de ser experimentado en el cercano futuro. Habrá leyes de la tierra que
interferirán con nuestra obediencia a las leyes de Dios y la prueba vendrá a
fin de determinar de qué lado estamos, a favor del Señor u opuestos a él.
Quisiéramos, cada uno de nosotros estar preparados para lo que ha de sobrevenir
en nuestro mundo. Ninguno puede en un momento, ponerse en condiciones para
soportar la prueba divina. Es por medio de una paciente perseverancia en el
bien hacer que adquiriremos el componente del carácter que nos capacitará para
soportar la prueba. Es mediante la diligente y cotidiana integridad del alma y
la comunión con Dios, como adquirimos la fortaleza para soportar dicha prueba. CT 62.2
Habrá influencias que nos
invitarán a tomar con liviandad los requerimientos divinos. Pero si hemos de
estar preparados para encontrar al Hijo del Hombre cuando regrese en las nubes
de los cielos, estaremos preparándonos ahora... Queremos una fe y una religión
vivas. Queremos que nuestra fe se perfeccione por nuestras obras. Y a todos los
que proclaman: “Sólo cree, sólo cree y serás salvo”, les preguntamos, “¿Qué
creeremos? ¿Cuál es la prueba de fe para este tiempo?...” CT 62.3
En una de las parábolas de
Cristo hubo uno que solicitó que alguien de entre los muertos fuese a sus
parientes y les advirtiera en cuanto a lo que debían creer. Pero, Cristo le
dijo: “Tienen a Moisés y a los profetas. Si no escuchan a Moisés y a los
Profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levantare de entre los muertos”... CT 62.4
Leemos que los demonios creen y
tiemblan, pero esa fe no los salva. Queremos una fe que se fundamente en la
Biblia, una fe que se aferre al Salvador viviente y al Dios viviente... Sólo la
sangre de Cristo puede salvar al pecador de toda mancha de pecado. Si hubieran
reconocido esa ley, les habría señalado lo que era el pecado en el mundo
antiguo y no se habrían atrevido a pecar... CT 62.5
El Señor está reuniendo a todos
aquellos que lo aman y le sirven, y los impíos están siendo atados en manojos,
listos para los fuegos del último día. Depende enteramente de nosotros en qué
grupo estaremos, si hemos de estar con el buen trigo o en manojos atados para
los fuegos del día final... CT 62.6
Usted puede estar preparado
para ser traspuesto al cielo, sin ver muerte, como Enoc. El galardón eterno lo
recibirán quienes sean fieles y obedientes a Dios.—Manuscrito 86, 1886. CT 62.7
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