Responsabilidad individual para obedecer la
ley, 7 de febrero
El Espíritu de Dios nos guiará en la senda de los mandamientos;
porque la promesa es que “cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad”Juan 16:13. Debiéramos probar los espíritus
con la norma de la Palabra de Dios, porque hay muchos espíritus en el mundo.
“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha
amanecido”. Isaías 8:20. RJ
44.2
Dios requiere de cada uno de nosotros una responsabilidad
individual, y nos pide que lo sirvamos por principio, que lo escojamos por
nosotros mismos... RJ
44.3
Dios no considera livianamente la transgresión de su ley. “La paga
del pecado es muerte”. Romanos 6:23. Las consecuencias de la
desobediencia prueban que la naturaleza del pecado está en enemistad con el
bienestar del gobierno de Dios y el bien de sus criaturas. Dios es un Dios
celoso que visita los pecados de los padres sobre los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de los que le aborrecen. Los resultados de la transgresión
siguen a aquellos que persisten en hacer el mal; pero muestra misericordia sobre
millares de los que le aman y guardan sus mandamientos. Los que se arrepienten
y vuelven a su servicio encuentran el favor del Señor; y El perdona todas sus
iniquidades y sana todas sus dolencias. RJ
44.4
En asuntos terrenales, el siervo que busca más cuidadosamente
cumplir los requerimientos de su trabajo y cumplir la voluntad de su Señor, es
el más altamente apreciado. Un caballero deseaba cierta vez emplear a un
cochero de confianza. Varios hombres acudieron en respuesta a su pedido. A cada
uno le preguntó cuán cerca podía pasar del borde de cierto precipicio sin
volcar el carruaje. Uno tras otro respondieron que podían acercarse hasta una
distancia muy peligrosa; pero por fin uno contestó que se mantendría tan lejos
como fuera posible de una empresa tan peligrosa. Este fue empleado para cubrir
el cargo. RJ
44.5
¿Debiera un hombre apreciar más a un buen siervo de lo que puede
hacerlo nuestro Padre celestial? Nuestra preocupación no debiera ser cuán lejos
podemos apartarnos de los mandamientos de Dios, y presumir de la misericordia
del Legislador, y todavía hacernos la ilusión de que estamos dentro de los
límites de la tolerancia divina. Nuestro interés debiera ser mantenernos tan
lejos como sea posible de la transgresión. Debiéramos determinarnos a estar del
lado de Cristo y de nuestro Padre celestial, y no correr riesgos por una
obstinada presunción... RJ
44.6
Debiéramos magnificar los preceptos del Cielo por nuestras
palabras y acciones. El que honra la ley será honrado por ella en el juicio.—The Review and Herald, 22 de junio de 1911. RJ
44.7
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