El festín que satisface, 7 de febrero
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados. Mateo 5:6. MSV76 44.1
Transpórtese repentinamente al cielo a esos hombres y mujeres que
están satisfechos con su condición de enanos e inválidos en las cosas divinas,
y hágaseles considerar por un instante el alto y santo estado de perfección que
reina siempre allí, donde toda alma rebosa de amor, donde todo rostro
resplandece de gozo... ¿Podrían dichas personas, me pregunto, alternar con la
muchedumbre celestial, participar en sus cantos y soportar la pura, excelsa y
arrobadora gloria que emana de Dios y del Cordero? ¡Oh no!... MSV76 44.2
Los que han educado su mente en el deleite de los ejercicios
espirituales, son los que pueden ser trasladados sin que los abrume la pureza y
la gloria trascendental del cielo. Puedes tener un vasto conocimiento de las
artes, puedes estar familiarizado con las ciencias, puedes sobresalir en música
y caligrafía, pueden agradar tus modales a los que te tratan, pero, ¿qué tienen
que ver estas cosas con una preparación para el cielo? ¿Te preparan para
subsistir delante del tribunal de Dios? MSV76 44.3
No te engañes. Dios no puede ser burlado. Nada que no sea la
santidad te preparará para el cielo. Es la piedad sincera y experimental lo
único que puede darte un carácter puro y elevado, y habilitarte para entrar en
la presencia de Dios, quien mora en luz inaccesible. Esta tierra es el único
lugar donde debemos adquirir el carácter celestial.10Joyas de los Testimonios 1:242, 243. MSV76 44.4
Desear lo bueno y la verdadera santidad es correcto en sí, pero si
te detienes allí, de nada te servirá. Los buenos propósitos son loables, pero
no tendrán valor a menos que se lleven resueltamente a cabo. Muchos se perderán
aunque esperaron y desearon ser cristianos, pero no hicieron esfuerzos fervientes;
por lo tanto, serán pesados en la balanza y hallados faltos. La voluntad debe
ejercerse en la debida dirección diciendo: Quiero ser un cristiano consagrado. Quiero conocer la longitud, la anchura, la altura y la profundidad
del amor perfecto. Escucha las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que
tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Mateo 5:6. Cristo ha hecho amplia provisión
para satisfacer el alma que tiene hambre y sed de justicia.11Joyas de los Testimonios 1:241. MSV76 44.5
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