La Biblia: la palabra de Dios para usted, 7 de
febrero
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros
os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí. Juan 5:39. ATO 50.1
“Escudriñad las Escrituras”. Estas son palabras que nos vienen de
Cristo. Si fuera esencial que escudriñemos los escritos de los Padres [de la
iglesia], Cristo nos lo hubiera dicho. No todos los Padres dicen lo mismo. ¿A
cuál de ellos escogeremos como guía? No necesitamos confiar en algo incierto.
Podemos dejar de lado a los Padres y aprender acerca de Dios en su Palabra.
Esta es la vida eterna, conocer a Dios ¡Oh, cuán agradecidos debiéramos
sentirnos de que la Biblia es la inspirada Palabra de Dios! Los santos hombres
de antaño escribieron esta Palabra impulsados por el Espíritu. Dios no dejó su
Palabra librada a la memoria de los hombres para que éstos la comunicaran de
generación a generación mediante la transmisión oral y el desarrollo de la
tradición. Si lo hubiera hecho así, gradualmente la Palabra hubiera tenido
añadiduras humanas. Se habría requerido que recibiéramos lo que no es
inspirado. Agradezcamos a Dios por su Palabra escrita. ATO
50.2
No todos los comentarios escritos acerca de la Palabra de Dios
coinciden. A menudo se contradicen. Dios no pide que nos guiemos por ellos,
sino por su Palabra. Todos pueden investigar esta Palabra por sí mismos. Pueden
saber que la enseñanza de este Libro precioso es invariable. Las opiniones de
los seres humanos difieren, pero la Biblia siempre dice lo mismo. La Palabra de
Dios es desde el siglo y hasta el siglo. ATO
50.3
La Biblia no fue dada solamente para los pastores y eruditos. Cada
hombre, mujer y niño debiera leer las Escrituras por sí mismo. No dependan del
ministro para que él las lea. La Biblia es la Palabra de Dios para ustedes. El hombre pobre la necesita tanto como el rico, el analfabeto
tanto como el erudito. Cristo hizo tan sencilla esta Palabra, que al leerla
nadie tiene por qué tropezar. Lea y comprenda el humilde morador de la choza la
Palabra dada por el más sabio de los maestros que el mundo ha conocido alguna
vez, y no habrá alguien más grande que él entre los reyes, gobernantes,
estadistas y los hombres más altamente educados del mundo... ATO
50.4
Escudriñar significa buscar diligentemente alguna cosa que está
perdida. Investiguen por ustedes mismos para hallar el tesoro escondido. No
dejen esta obra al pastor. No pueden permitirse ser ignorantes en la Palabra de
Dios. Estudien los pasajes difíciles, comparando versículo con versículo, y
encontrarán que la Escritura es la llave que abre la Escritura. Los que
estudian las Escrituras con oración salen de ese estudio siendo más sabios que
cuando abrieron la Biblia.—Manuscrito 12, del 7 de febrero de 1901, “El
Agua viviente”.* ATO
50.5
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