La primera semana de la tierra, exaltad a Jesús
como el creador, 7 de febrero
Porque
en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que
en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de
reposo y lo santificó. Éxodo 20:11. EJ 46.1
El
ciclo semanal de siete días literales, seis para trabajar y el séptimo para
descansar, preservado y trasmitido mediante la historia bíblica, tuvo su origen
en los grandes acontecimientos de los primeros siete días. EJ 46.2
Cuando
Dios promulgó su ley en forma audible desde el Sinaí, introdujo el mandamiento
del sábado: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo”. Luego declaró
inequívocamente lo que se debe hacer durante los primeros seis días, y qué se
debe hacer en el séptimo. Luego, como razón para observar la semana de ese
modo, les recuerda su propio ejemplo en los primeros siete días de tiempo.
“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las
cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo
el día de reposo y lo santificó”. Éxodo 28:8, 11. EJ 46.3
Esta
razón resulta hermosa y convincente únicamente cuando comprendemos que el
registro de la creación habla de días literales. Los primeros seis días de cada
semana le fueron dados al hombre para trabajar, porque Dios empleó el mismo
período de la primera semana en la obra de la creación. Apartó el séptimo día
para que fuera un día de reposo, en conmemoración de su propio descanso durante
el mismo período, después de terminar la obra de la creación en seis días. EJ 46.4
Pero
la suposición infiel que pretende que los acontecimientos de la primera semana
requirieron siete períodos largos y de duración indefinida, atenta directamente
contra el fundamento del sábado del cuarto mandamiento. Hace oscuro e
indefinido aquello que Dios hizo sumamente claro... EJ 46.5
Los
geólogos infieles aseguran que el mundo es mucho más antiguo de lo que el
registro bíblico indica. Rechazan el testimonio de la Biblia, debido a que
contiene elementos que, para ellos, no son evidencias tomadas de la misma
tierra, de que el mundo ha existido durante decenas de miles de años. Y muchos
que profesan creer la historia bíblica se desconciertan porque no pueden dar
razón acerca de cosas maravillosas que encuentran en la tierra, observadas
desde el punto de vista de que la semana de la creación tuvo solamente siete
días literales, y que el mundo actualmente no tiene sino alrededor de seis mil
años de edad... EJ 46.6
Sin
la historia de la Biblia, la geología no puede probar nada. Las reliquias que
se encuentran en la tierra dan evidencia de un estado pasado de cosas, que
difiere en muchos respectos del presente. Pero la época de su existencia y la
extensión del período durante el cual estas cosas han estado en la tierra, se
pueden comprender únicamente mediante la historia bíblica... Cuando los seres
humanos no toman en cuenta la Palabra de Dios con respecto a la historia de la
creación, y tratan de explicar la obra creadora del Señor mediante la
aplicación de principios naturales, se aventuran en un océano ilimitado de
incertidumbre. De qué manera realizó Dios la obra de la creación en seis días
literales, es algo que nunca ha revelado a los mortales. Su obra creadora es
tan incomprensible como su existencia.—Spiritual Gifts 3:90-93.
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