Misionero
para los pobres, 6 de febrero
El
Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a
pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a
los oprimidos. Lucas 4:18. AFC
44.3
Los
sufrimientos de la humanidad siempre tocaron el corazón de Cristo y demandaron
su simpatía. Actuó con piedad y compasión hacia los afligidos de alma o cuerpo.
Su ejemplo en el trato de los dolientes y afligidos debiera enseñarnos a tener
compasión y piedad por sus criaturas dolientes. Cristo sufrió en la carne...
Supo lo que es sufrir los agudos tormentos del hambre y ha dejado lecciones
especiales en cuanto a alimentar a los hambrientos y cuidar de los necesitados,
y ha declarado que al socorrer a los necesitados, lo estamos socorriendo a
él... Supo lo que era el sufrimiento de la sed, y declaró que no perdería su
recompensa un vaso de agua fría dado en su nombre a cualquiera de sus
discípulos.—Manuscrito 35, 1895. AFC
44.4
Cristo
fue un obrero activo y constante. Encontró a la religión cercada por elevadas y
empinadas murallas de aislamiento, como algo demasiado sagrado para las
actividades de la vida diaria. Derribó las murallas de separación y extendió su
poder ayudador en favor de los necesitados... No preguntaba: ¿Cuál es tu credo?
¿A qué iglesia perteneces? Su vida se distinguió por un interés activo,
ferviente y amante... AFC 45.1
El
Señor Jesús sabe lo que significa la pobreza. Él es el gran misionero de los
pobres, los enfermos y dolientes... AFC 45.2
En
la humanidad de Cristo hay áureas fibras que unen al pobre, creyente y
confiado, con el alma de infinito amor de Cristo.—Manuscrito 22, 1898. AFC
45.3
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