Cuidad de la propiedad de Dios, 6 de febrero
El cual se dió a sí mismo por nuestros
pecados, para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de
Dios y Padre nuestro. Gálatas 1:4. NEV 45.1
Habéis costado mucho. “Glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:20. Aquello que podéis
considerar como propio, es de Dios. Cuidad su propiedad. El os ha comprado a un
precio infinito. Vuestra mente es suya. ¿Qué derecho tiene una persona de
abusar de un cuerpo que no le pertenece, sino que es del Señor Jesucristo? ¿Qué
satisfacción puede derivar nadie de disminuir gradualmente las potencias de un
cuerpo y una mente, mediante la indulgencia egoísta hecha en cualquier forma? NEV
45.2
Dios ha dado a cada ser humano un cerebro. El desea que sea usado
para gloria suya. Mediante él, el hombre está capacitado para colaborar con
Dios en sus esfuerzos para salvar a sus prójimos que perecen. No tenemos
demasiado poder intelectual o facultades de razonamiento. Debemos educar y
capacitar cada facultad de la mente o el cuerpo—el mecanismo humano que Cristo
ha comprado—a fin de que podamos hacer de él el mejor uso posible. Debemos
hacer todo lo posible por fortalecer estas capacidades; porque a Dios le agrada
que nosotros nos convirtamos en colaboradores suyos, cada vez más eficientes. NEV
45.3
En Exodo leemos que, cuando el Señor dirigió a los israelitas en
la construcción de un tabernáculo en el desierto, él les dió a algunos hombres
capacidades, talentos y habilidades especiales para proyectar, y luego los
señaló para hacer trabajos determinados. El tratará con nosotros del mismo
modo. ... Y aunque tengamos que comenzar de una manera muy humilde, él nos
bendecirá y multiplicará nuestros talentos, como recompensa de nuestra
fidelidad.—Manuscrito 8, 1904, pp. 5, 6. NEV
45.4
Cristo murió por vosotros, y vosotros debéis vivir como para Dios.
Dejad que vuestra facultad de razonamiento, refinada, purificada y santificada,
sea llevada a Dios. El Señor requiere la santificación de todo el ser. La
mente, tanto como el cuerpo, en su totalidad, deben ser elevados y
ennoblecidos. Dios sienta su derecho sobre la mente, el alma y el cuerpo.—Manuscrito 167, 1897. NEV
45.5
No está en la capacidad de aquellos que se nombran con el nombre
de Jesús, darle a él más de lo que le pertenece. El ha comprado a cada
instrumento humano a un precio infinito, y nosotros somos su propiedad, durante
el tiempo y la eternidad.—Carta 51b, 1894. NEV
45.6
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