Confundidos y esparcidos, 6 de febrero
Así
los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de
edificar la ciudad. Génesis 11:8. CV 43.1
Los
moradores de la llanura de Sinar establecieron su reino para su exaltación
propia, no para la gloria de Dios. Si hubieran tenido éxito, hubiera nacido un
imperio poderoso, que, proscribiendo la justicia, inauguraría una nueva
religión. El mundo se hubiera desmoralizado... Pero Dios nunca deja al mundo
sin testigos suyos. En esa época había hombres que se humillaban ante Dios y
oraban a él. “Oh, Señor”, rogaban, “interpónte entre tu causa y los planes y
métodos del hombre”.—Testimonies for the Church 8:213, 214. CV 43.2
Adelantada
la construcción de la torre, parte de ella fue habitada por los edificadores.
Otras secciones, magníficamente amuebladas y adornadas, las destinaron a sus
ídolos... CV 43.3
De
repente, la obra que había estado avanzando tan prósperamente fue interrumpida.
Fueron enviados ángeles para anular los propósitos de los edificadores. La
torre había alcanzado una gran altura, y por ese motivo les era imposible a los
trabajadores que estaban arriba comunicarse directamente con los de abajo; por
lo tanto fueron colocados hombres en diferentes puntos para recibir y
transmitir al siguiente las órdenes acerca del material que se necesitaba, u
otras instrucciones tocante a la obra. Al pasar los mensajes de uno a otro, el
lenguaje se les confundía de modo que pedían un material que no se necesitaba,
y las instrucciones dadas eran a menudo contrarias a las recibidas. Esto
produjo confusión y consternación. Toda la obra se detuvo... CV 43.4
Hasta
esa época, todos los hombres habían hablado el mismo idioma; ahora los que
podían entenderse se reunieron en grupos y unos tomaron un camino, y otros
otro. “Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra”. Esta
dispersión obligó a los hombres a poblar la tierra, y el propósito de Dios se
alcanzó por el medio empleado por ellos para evitarlo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 113. CV 43.5
En
nuestros días el Señor desea que su pueblo sea dispersado por toda la tierra.
No deben colonizar. Jesús dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a
toda criatura”. Testimonies for the Church 8:215.*
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