El estudio de la Biblia fortalece el intelecto,
7 de abril
Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la
paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4. EJ 105.1
Nada está calculado para
fortalecer el intelecto como el estudio de la Biblia. Ningún otro libro tiene
tanto poder para elevar los pensamientos, para vigorizar las facultades, como
las amplias y ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si se estudiara la Palabra
de Dios como se debe, los seres humanos poseerían una amplitud de mente y una
nobleza de carácter que rara vez se ven en estos tiempos. EJ 105.2
No hay conocimiento tan firme,
tan consistente, de tan largo alcance, como el que se obtiene del estudio de la
Palabra de Dios. Si no existiera otro libro en todo el mundo, la Palabra de
Dios, vivida mediante la gracia de Cristo, haría perfecto al hombre en esta
tierra, dotándolo de un carácter apto para la vida futura e inmortal. Los que
estudian la Palabra de Dios, tomándola por fe como la verdad, y recibiéndola en
el carácter, serán completos en aquel que es todo en todo. Gracias a Dios por
las posibilidades que se han colocado ante la humanidad... El tiempo que se
dedique al estudio de la Palabra de Dios y a la oración producirá una cosecha
del ciento por uno. EJ 105.3
La Palabra de Dios es la
semilla viviente, y a medida que se la siembre en la mente, el agente humano
deberá cuidar diligentemente las etapas sucesivas de su desarrollo. ¿Cómo debe
ser hecho esto? Después que se ha recibido la Palabra con oración, se la debe
apreciar y cultivar en la vida diaria. Necesita crecer y producir fruto, siendo
primero hierba, luego espiga, y después grano lleno en la espiga. EJ 105.4
No basta estudiar la Biblia
como se haría con cualquier otro libro. Para que se la pueda comprender
salvadoramente, el Espíritu Santo necesita descender sobre el corazón del
creyente. El mismo Espíritu que inspiró la Palabra debe inspirar al lector de
la Palabra. Entonces se escuchará la voz del cielo. “Tu Palabra, oh Dios, es la
verdad”, será el lenguaje del alma. EJ 105.5
La mera lectura de la Palabra
no producirá los resultados previstos por el cielo; debe ser estudiada y
alimentada en el corazón. El conocimiento de Dios no se obtiene sin un esfuerzo
mental. Debemos estudiar la Biblia con diligencia, pidiéndole a Dios la ayuda
de su Santo Espíritu, para que seamos capaces de comprenderla. Deberíamos tomar
un versículo y concentrar la mente en la tarea de descubrir cuál es el
pensamiento que Dios ha colocado para nosotros en dicho versículo. Debemos
meditar en ese pensamiento hasta que llegue a ser nuestro, y sepamos “lo que
dice el Señor”... EJ 105.6
La Palabra de Dios es el pan de
vida. Los que la coman y la digieran, transformándola en una parte de cada
acción y de cada atributo del carácter, crecerán vigorosos en la fortaleza de
Dios. Ella le concede un vigor inmortal al alma, perfecciona la experiencia y
produce un regocijo que permanecerá para siempre.—The Signs of the
Times, 25 de junio de 1902. EJ 105.7
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