Demos de lo que hemos recibido, 29 de marzo
El alma generosa será
prosperada; y el que saciare, él también será saciado. Proverbios 11:25. CDCD 95.1
La generosidad es una de las
virtudes que nos infunde el Espíritu Santo, y cuando el profeso pueblo de Dios
priva al Señor de los diezmos y las ofrendas, experimenta una pérdida
espiritual. El Señor no recompensa la mezquindad. Invita a su pueblo a que lo honre
con sus bienes y con las primicias de todos sus frutos. CDCD 95.2
No se puede trazar una regla
para cada caso, porque si lo hiciéramos, muchas veces desanimaríamos al dador.
Hay que tomar en cuenta las circunstancias en que se encuentran algunos, y que
Dios permite por alguna razón. El Señor espera que el hombre dé de lo que
tiene, y no de lo que no tiene. Para algunos la décima parte de sus entradas no
sería la proporción adecuada de lo que debería dar al Señor, mientras que para
otros sería perfectamente aceptable. CDCD 95.3
¡Cuántos están perdiendo ricas
bendiciones y se están convirtiendo en enanos espirituales porque privan al
Señor de lo que le pertenece! El enemigo de Dios y el hombre obra
constantemente para desviar los tesoros que pertenecen a Dios, para deleite,
honra y gloria del ser humano. Los hombres dicen: Las necesidades de mi familia
requieren que compre esto y aquéllo, y la casa se llena de comodidades tales
como muebles, ropas y manjares. No ponen límite a sus deseos cuando, si lo hicieran,
recibirían bendiciones ellos mismos y para sus familiares. CDCD 95.4
Dios nos ha hecho sus
mayordomos, colaboradores suyos en la gran obra de promover el progreso de su
reino en la tierra. Podemos seguir la conducta del mayordomo infiel, y al
hacerlo así perder los más preciosos privilegios jamás concedidos a los
hombres. Por miles de años ha obrado Dios por medio de instrumentos humanos,
pero a su arbitrio puede dejar de lado al egoísta, al amante del dinero y al
codicioso. Puede darle impulso a su obra sin nuestra participación. Pero,
¿quién entre nosotros se sentiría complacido si el Señor lo hiciera?... CDCD 95.5
Dios lee cada pensamiento del
corazón, cada impulso de la mente. Si no estamos dispuestos a dar
generosamente, nos estamos burlando de él.—Manuscrito 47, del 29 de marzo de 1899, “Dios
ama al dador alegre”. CDCD 95.6
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