Cantos de alabanza, 29 de marzo
Puso luego en mi boca cántico
nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán. Salmos 40:3. ELC 97.1
He pensado con cuánto gozo
mirarían los ángeles desde el cielo sobre nosotros si todos alabáramos a Dios y
morásemos en Cristo. Si, en verdad, hay gozo pleno para el cristiano, ¿por qué
no lo poseeremos y lo manifestaremos al mundo? ... ELC 97.2
Dentro de muy poco Cristo
vendrá en poder y gran gloria, y, ¡qué terrible será si no estamos listos!
Preparémonos de una vez. Separad el mal de vosotros, comenzad a cantar el canto
de alabanza y a regocijaros aquí abajo... Entonen vuestros labios alabanzas a
Dios... ELC 97.3
Los ángeles en el cielo están
alabando a Dios todo el tiempo, y aquí hay mortales por los cuales Cristo dejó
el celeste hogar y sufrió burlas, insultos y muerte para llevarnos a morar con
él en los lugares celestiales, y ellos no ofrecen canto de alabanza. ELC 97.4
Si estáis sentados en los
lugares celestiales con Cristo, no podréis dejar de alabar a Dios. Comenzad a
educar vuestras lenguas para alabarlo, y enseñadles a vuestros corazones a
hacer melodías para Dios; y cuando el maligno comience a echar sombras a
vuestro alrededor, cantad alabanza a Dios. Cuando las cosas anden mal en
vuestros hogares, elevad una canción a las incomparables virtudes del Hijo de
Dios, y os digo que cuando toquéis estos acentos, Satanás os dejará. Podréis
echar afuera al enemigo con su tristeza; ... y veréis con mucho mayor claridad
el amor y la compasión de vuestro Padre celestial.—The Review and Herald, 5 de agosto de 1890. ELC 97.5
Los que entran en sagrada
relación con el Dios del cielo no son dejados en la debilidad y flaqueza de su
naturaleza... Se regocijan en la “bienaventurada esperanza y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Tito 2:13. Anhelan ver al Rey en su hermosura,
a los ángeles que nunca cayeron y el país de eterna belleza*.—The Review and Herald, 16 de septiembre de 1890. ELC 97.6
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