Su eterna preexistencia, 9 de febrero
Ahora pues, Padre, glorifícame
tú cerca de ti mismo con aquella gloria que tuve cerca de ti antes que el mundo
fuese. Juan 17:5. FV 48.1
“Cristo era uno con el Padre
antes de la fundación del mundo. Esta es la luz que brilla en medio de las
tinieblas, haciéndolas resplandecer con la divina gloria primitiva.”—The S.D.A. Bible Commentary 5:1126. FV 48.2
“Cristo es el preexistente Hijo
de Dios que tiene vida en sí mismo.... Al hablar de su preexistencia, Cristo
transporta nuestra mente hacia el pasado a través de los siglos sin fin. Nos
asegura que nunca hubo una época cuando él no estuviera en íntimo compañerismo
con el Dios eterno.... FV 48.3
“Su vida divina no puede ser
calculada por cómputos humanos. La existencia de Cristo anterior a su
encarnación, no puede ser medida por cifras.... FV 48.4
“Él era uno con Dios, infinito
y omnipotente.”—Educación
615, 616. FV 48.5
“El Señor Jesucristo, el divino
Hijo de Dios, existió desde la eternidad.... El era la gloria excelsa del
cielo, el soberano de las inteligencias celestiales y recibía el homenaje de
los ángeles con justo derecho.... FV 48.6
“Cristo era Dios en su esencia
y en el más alto sentido de la palabra. Era con Dios desde la eternidad, Dios
sobre todo, bendito para siempre.”—The S.D.A. Bible Commentary 5:1126. FV 48.7
“Pero se humilló a sí mismo y
se revistió de mortalidad. Como miembro de la familia humana, fue mortal; pero
como Dios, era el manantial de vida para el mundo.... Cargó con los pecados del
mundo, sufrió las penalidades que como una montaña agobiaron su alma. Entregó
su vida en sacrificio para que el hombre no pereciera para siempre. Murió, no
porque estuviese obligado a morir, sino por su propia voluntad.”—Ibid. 1127. FV 48.8
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