Cumplamos
los requisitos, 1 de abril
Andad sabiamente para con los
de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia,
sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4:5, 6. CDCD 98.1
No exageren tanto los cuidados
de la vida, que se sientan tentados a dedicarle tiempo a muchas cosas que no
son tan esenciales. La gravedad de este asunto me embarga la mente con una
fuerza que no puedo expresar. El tiempo pasa, y cuando se me presentan las
numerosas iglesias que no están preparadas para trabajar por el Maestro, y que
por el contrario se encuentran en un estado de descuido e indiferencia, me
alarmo y pregunto qué puedo decir, qué puedo hacer para cambiar esta situación.
Puedo decir: “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”. Marcos 8:36, 37. CDCD 98.2
Creo que ninguno de nosotros
está en condiciones de comprender que debemos ser colaboradores de Dios. Muchos
no entienden lo que significa y lo que abarca la verdadera conversión. Y ahora
yo me dirijo a ustedes y a su familia para que despierten y comprendan el solemne
deber que tienen de tratar de despertarlos también con el fin de que sientan la
necesidad de velar diligentemente, y procurar salvar las almas que perecen sin
Cristo. Amonesten cada día a los que no saben que el... se acerca. CDCD 98.3
Ni una jota ni un tilde de los
santos requerimientos de Dios serán cambiados jamás para ponerlos a la altura
del hombre que no está preparado. Su santa Palabra nunca cambiará ni será
desechada. El mundo está dormido en sus pecados. El cielo y la tierra pasarán,
mas su Palabra no pasará. Todos nosotros debemos ser guiados por la Palabra de
Dios. ¡Qué trabajo nos espera, y los profesos cristianos no se dan cuenta! “Si
no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”. Mateo 18:3... CDCD 98.4
¡Cuán pocos comprenden la
influencia de las cosas pequeñas en esta vida! Los que resistan la prueba de
Dios serán aceptados por Cristo. La verdad, la salvadora verdad de la Palabra
de Dios, cuando se la vive, nos prepara para gozar de la compañía de los
redimidos. Dios nos ayuda a apreciar la excelencia moral. Las cualidades
mentales refinadas y santificadas valen más que el oro de Ofir. La formación de
conceptos morales que concuerden con Dios es la obra de toda una vida. Enseñen
esto, mis queridos hermanos, por preceptos y ejemplos.—Carta 37a, del 1 de abril de 1903, a los Hnos.
Burden, del Sanatorio de Sydney, Australia. CDCD 98.5
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