Tierno,
amante, compasivo, 8 de febrero
Mas
tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en
misericordia y verdad. Salmos 86:15. AFC
46.4
Cuando
nos sobrevienen grandes dolores, Dios ha ordenado que debemos consolarnos
mutuamente con ternura y amor. Nadie vive para sí. Nadie muere para sí. Tanto
la vida como la muerte significan algo para cada ser humano... Dios ordena a
sus agentes humanos que comuniquen el carácter de Dios, que testifiquen de su gracia,
sabiduría y benevolencia, manifestando su amor refinado, tierno,
misericordioso. Está escrito que “sus misericordias [están] sobre todas sus
obras”. Salmos 145:9... AFC 46.5
Nuestra
obra es la de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre mediante la
abundante gracia que nos es dada por Jesucristo. Por doquiera encontraremos
almas listas para morir, y cuán esencial es que Cristo nos dé su compasión, a
fin de que nunca coloquemos a un alma en oposición obstinada, por no manifestar
amplia tolerancia y tierna compasión... Pregunto, ¿aprenderemos alguna vez la
dulzura de Cristo?... AFC 46.6
Cristo
nos invita para ir a él no solo para refrigerarnos con su gracia y presencia
durante unas pocas horas, y luego apartarnos de su luz para que nos alejemos de
él con tristeza y lobreguez. No, no. Nos dice que debemos morar en él y él con
nosotros. Dondequiera que se deba hacer su obra, él está presente: tierno,
amante y compasivo. Ha preparado, para ti y para mí, un lugar donde morar
permanentemente en él. Es nuestro refugio. Nuestra experiencia debiera
ampliarse y profundizarse. Jesús ha abierto toda la divina plenitud de su amor
inexpresable, y te declara: “Somos colaboradores de Dios”. 1 Corintios 3:9.—Carta 1a, 1894. AFC 47.1
Comentarios
Publicar un comentario