Somos subpastores, 18 de julio https://ift.tt/pwYAXo3 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Mateo 7:15. Mientras menos mediten ustedes en Cristo y en su amor incomparable y mientras menos se asemejen a su imagen, mejores aparecerán ante sus propios ojos y más confianza propia y autocomplacencia experimentarán. Un correcto conocimiento de Cristo, mirar constantemente al Autor y Consumador de nuestra fe, les proporcionará un concepto tan claro del carácter de un cristiano verdadero que no podrán equivocarse al hacer una estimación correcta de su propia vida y carácter en contraste con los del gran Ejemplo... La capacitación para la obra es un asunto de toda la vida, una lucha diaria, laboriosa, cuerpo a cuerpo con hábitos establecidos, malas inclinaciones y tendencias hereditarias. Se requiere un esfuerzo constante, intenso y vigilante para controlar el yo, para que sólo Jesús se vea en nosotros y el yo se pierda de vista. Es indispensable que vigilen los puntos débiles de su carácter, que restrinjan las tendencias equivocadas y fortalezcan y desarrollen las facultades nobles que hasta ahora no hayan sido ejercitadas adecuadamente. El mundo nunca conocerá la obra secreta que se lleva a cabo entre el alma y Dios, ni la amargura interior de espíritu, el aborrecimiento propio, y los esfuerzos constantes por dominar el yo; pero muchos en el mundo podrán apreciar los resultados de estos esfuerzos. Verán a Cristo revelado en la vida cotidiana de ustedes. Se transformarán en una epístola viviente, sabida y leída por todas las personas, y poseerán un carácter simétrico, desarrollado noblemente. “Aprended de mí—dijo Cristo—, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Mateo 11:29. El Señor instruirá a los que acudan a él en busca de conocimiento. En el mundo hay una multitud de maestros falsos. El apóstol declara que en los últimos días los hombres, “teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros” (2 Timoteo 4:3), porque quieren escuchar cosas halagüeñas. Acerca de ellos Cristo amonestó: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:15. Los maestros religiosos que se describen aquí profesan ser cristianos. Poseen una apariencia de piedad y aparentan trabajar por el bien de las almas... Están en conflicto con Cristo y sus enseñanzas, y se hallan destituidos de su espíritu manso y humilde... El buen Pastor vino para buscar y salvar lo que se había perdido. Mediante sus obras ha manifestado su amor por las ovejas. Todos los pastores que trabajan bajo las órdenes del Príncipe de los pastores poseerán sus características; serán mansos y humildes de corazón. Una fe infantil proporciona descanso al alma y también obra por amor y siempre se interesa por los demás. Si el Espíritu de Cristo mora en ellos, serán semejantes a él y realizarán las obras de Cristo.—Testimonies for the Church 4:375-377.
Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Ezequiel 4:9,11 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás
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